El Consejo Episcopal de Pastoral de la Conferencia de Obispos Católicos de Brasil (CNBB) emitió hoy una nota en la que rechaza el avance en la Cámara de Diputados de dos proyectos legislativos: uno que liberaliza el bingo electrónico y otros juegos de azar, y otro que pretende eliminar el requisito de un año de separación entre los cónyuges para hacer que el divorcio sea "instantáneo".
En la nota los prelados manifiestan su preocupación por "la aprobación en instancias diversas en la Cámara de Diputados de dos propuestas legislativas que, entrando en vigor, traerían serias consecuencias para la sociedad brasileña".
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La legalización de los bingos electrónicos y otros juegos de azar, prosiguen, "posibilita un retorno a un mal ya superado, poniendo en riesgo la seguridad y el bienestar de las familias, sometiendo a la explotación a tantas personas, volviéndolas dependientes. Más grave aún, como se dijo en los debates en el Parlamento, es que se abre un nuevo campo para la práctica de crímenes diversos, entre los que se encuentra el lavado de dinero".
Para los prelados, la afirmación de que estas casas de juego posibilitarían la creación de cerca de 300 mil empleos, "no legitima la práctica nociva de estos juegos. En los últimos años ha crecido la oferta de puestos de trabajo en el país, sin necesidad de opciones que promueven la degradación moral, como bingos electrónicos o juegos de azar".
Divorcio "instantáneo"
De otro lado, al referirse a la propuesta que busca eliminar el requisito que pide a los esposos que quieren divorciarse una separación mínima de un año, los obispos señalan que este tiempo previsto en "la Constitución actual por lo menos posibilita a los cónyuges en dificultad un tiempo mayor para la reflexión sobre las consecuencias de la separación para ellos mismos, sus hijos y la sociedad".
La propuesta, prosigue el texto de los prelados brasileños, de "separación de forma apresurada, sin que se dé un tiempo para la reflexión y la ayuda de los amigos, familiares y orientadores en defensa del vínculo que los une, significa una banalización de la institución del matrimonio, con graves y dolorosas consecuencias para toda la sociedad".
Ante estas dos iniciativas, "los obispos exhortan a los representantes del pueblo a una profunda reflexión sobre las mismas, al tiempo que manifiestan su apoyo a los parlamentarios que se oponen a ellas".
Finalmente, piden "a todas las personas de buena voluntad, particularmente a los líderes cristianos, que manifiesten a sus representantes parlamentarios su desacuerdo, solicitándoles explícitamente que expresen su oposición".