A los 88 años de edad, falleció en Shangqiu (Henan), China, Mons. Nicolás Shi Jing Xian, el último de los obispos agustinos recoletos en este país, quien tuvo una destacada labor en la tarea de la evangelización en el país así como en las relaciones con el estado.
Mons. Shi falleció en el hospital de Shangqiu, el 16 de septiembre de 2009, tras una larga enfermedad por su avanzada edad, que le fue minando progresivamente.
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Su vida
Según informan los agustinos recoletos, este obispo nació en 1921. Ingresó en el seminario menor de los recoletos de su municipio natal y profesó como religioso el 16 de enero de 1940. Fue ordenado sacerdote el 29 de julio de 1948.
Tras la expulsión de los religiosos españoles en la primera mitad del siglo XX y siendo vicario episcopal, el entonces P. Shi fue obligado a no desempeñar ninguna labor pastoral. "Tuvo que ejercer de oculista, pero más tarde sufrió confinamiento durante tres años en una fábrica de ladrillos para ser ‘reeducado’, otros dos años de cárcel y hubo de vivir de forma mísera y con el desprecio público de las autoridades".
"Sin embargo, no dejó su labor pastoral en continuas visitas a las casas de los cristianos y celebraciones litúrgicas clandestinas. Su calidad humana llamó la atención incluso de quienes le vigilaban", agregan.
"A comienzos de los 80 consigue relacionarse con los Agustinos Recoletos mediante cartas escritas a direcciones que había memorizado de joven: él ni siquiera sabía si la Orden todavía existía", pues una de las presiones psicológicas que sufrió era "decirle que la Orden ya no existía en ningún lugar del mundo. Los propios Agustinos Recoletos tampoco sabían si quedaba alguno de los religiosos chinos en vida".
Jubilado de sus tareas docentes, vuelve en 1980 a Shangqiu dedicándose a la labor pastoral, y consigue que las autoridades civiles devuelvan a la Iglesia "todos los bienes confiscados desde 1948, reabre la parroquia y contacta con algunos de los religiosos recoletos que quedaban dentro de China tras la dispersión". El 8 de mayo de 1991 es nombrado Obispo de la diócesis, tras 39 años sin pastor".
"Su figura atrajo a muchos de sus compatriotas al catolicismo y a la vida religiosa.
Fue una persona de profunda vida espiritual, de honda fe y una inteligencia nada común. No habiendo vivido nunca fuera de China, escribía en latín, inglés y español, y llegó a traducir textos oficiales. Cuando contactó con los primeros religiosos españoles tras casi 40 años sin hablar, escuchar o leer una palabra en español, no tuvo problemas en escribir cartas e informes en esta lengua con una perfección asombrosa", subrayan.
Más información: www.agustinosrecoletos.org