La Corporación de Abogados Católicos y el Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires rechazaron enérgicamente la apología del aborto realizada por la jueza Carmen Argibay, integrante de la Corte Suprema, en el Senado argentino.
Los abogados católicos explicaron que la apología realizada por la jueza anti-vida "se torna mas grave en este caso, por provenir de una Ministro de la Corte Suprema de Justicia".
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"La doctora Argibay, entre otros argumentos, afirmó que 'no es lo mismo la vida antes del nacimiento que después, ya que un feto no puede vivir sin la madre, no es independiente hasta que nace, y que, recién cuando nace, puede ser considerado persona desde el punto de vista jurídico'".
"Este singular criterio de la doctora Argibay, además de desconocer el sentido común, ya que la independencia de un niño demandará varios años, arremete contra preceptos contenidos en Tratados Internacionales, con rango constitucional y en el Código Civil, que amparan la vida humana desde la concepción", explican los abogados.
Por ello, deploran "enfáticamente estas manifestaciones y denuncia el peligro que corre la sociedad, en tanto provienen de un miembro del más alto Tribunal de la Nación".
Rechazo médico
Por su parte, los médicos católicos recuerdan primeramente que "es una realidad biológica que en la concepción, es decir en la unión del óvulo con el espermatozoide, comienza una nueva vida humana; un nuevo ser humano que ha de ser tratado con el mismo respeto que merece cualquier persona humana"
Tras explicar que todo aborto "es un atentado contra la ley natural" que está por encima de "cualquier creencia religiosa", el Consorcio de Médicos Católicos recuerda que es tarea de quien ejerce la medicina "actuar respetando la vida humana del no nacido siempre y en todos los casos"
En esa línea, prosiguen, "las autoridades públicas deben cumplir sus funciones conforme al orden natural, sin dar pie a la aberración de que algunos seres humanos puedan ser asesinados legalmente por otros, por muy crítica y dolorosa que sea la situación por la que éstos estén pasando".
"Si la vida humana del no nacido –el ser humano más débil e indefenso– se somete a debates, a consensos o a negociaciones políticas, se priva de sustento a todos los demás derechos humanos", advierten.
Ante los intentos de despenalizar el aborto en Argentina y en vísperas del Bicentenario de la independencia, recuerdan finalmente que "es obligación de todos construir sobre el bien común y éste sólo se consigue edificando sobre leyes justas. Ninguna sociedad se sostiene sobre leyes inicuas".