El Obispo de Tehuacán, Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, reveló que hace unos días fueron detenidos dos delincuentes que en mayo pasado secuestraron a un párroco local, el mismo que fue liberado sin que la diócesis haya pagado rescate alguno.
En un mensaje a la diócesis, Mons. Aguilar informó que "el pasado jueves 10 de septiembre se realizó la detención de los secuestradores del P. Benito Leobardo Arroyo Romero, Vicario General de la Diócesis y Párroco de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen; el secuestro había tenido lugar en Tehuacán el día domingo 17 de mayo".
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El Obispo relató que "la experiencia del secuestro había sido intensa y estresante" para el sacerdote como víctima y para él como interlocutor con los secuestradores.
Los delincuentes le exigieron "el pago de dos millones de pesos (unos 200 mil dólares) o ellos tirarían la cabeza del padre en la catedral; y que nada dijéramos a la policía, porque estaban involucrados. Me brotó el sentimiento de soledad e impotencia, de incertidumbre y angustia".
"Tras unas 36 horas de secuestro, bruscamente dejaron libre al padre, sin haber pagado nosotros ningún rescate económico", indicó el Obispo y precisó que se comunicó "con las autoridades municipales, quienes pidieron apoyo a instancias estatales y federales. Por razones prudenciales, para facilitar la investigación, nuestra versión al público fue que no había habido secuestro".
Mons. Aguilar pidió a la ciudadanía no caer en el chantaje de la delincuencia pues muchas veces las víctimas deciden "negociar sin que la autoridad civil intervenga, tal vez por miedo a que la víctima sufra consecuencias graves o por incertidumbre ante la posible postura de las autoridades".
"Me duele ver este deterioro en la relación y la convivencia, en que se pierde el respeto y la valoración de la dignidad humana", indicó.
El Obispo agradeció a quienes rezaron por el sacerdote, expresó su perdón a los secuestradores pero recordó que "han cometido un delito y deben pagar. Es triste que por esta acción, de la cual tal vez su familia nada sabía, ahora esté desprotegida y aun sea señalada por los demás".
Mons. Aguilar pidió "a quienes se vean afectados por amenazas y chantajes, sea directa o indirectamente, que no duden en denunciar los hechos ante las autoridades correspondientes" y consideren que así como hay personas corruptas "hay muchos funcionarios honestos y decididos a restablecer la justicia y la paz social".