Al recibir este mediodía a los prelados del Sector Nordeste 2 de la Conferencia Nacional de Obispos Católicos de Brasil en visita ad limina, el Papa Benedicto XVI señaló que "la identidad específica de los sacerdotes y laicos se entiende en la diversidad esencial entre sacerdocio ministerial y sacerdocio común. Por ese motivo, es necesario evitar la secularización de los sacerdotes y la clericalización de los laicos".
Por ello, prosiguió el Santo Padre, "los fieles laicos deben comprometerse en expresar en la realidad, incluso a través del empeño político, la visión antropológica cristiana y la doctrina social de la Iglesia. Los sacerdotes deben sin embargo permanecer alejados de la política, para favorecer la unidad y la comunión de todos los fieles y poder ser así una referencia para todos".
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El Papa dijo luego que "la carencia de presbíteros no justifica una participación más activa y numerosa de los laicos. En realidad, en la medida en que los fieles sean conscientes de sus responsabilidades en la Iglesia, tanto más resalta la identidad específica y el papel insustituible del sacerdote como pastor de toda la comunidad, como testigo de autenticidad de la fe y dispensador en nombre de Cristo-Cabeza de los misterios de la salvación".
"La función de presbítero es esencial e insustituible para el anuncio de la Palabra y la celebración de los sacramentos, sobre todo de la Eucaristía. Por eso, es urgente pedir al Señor que envíe obreros a su mies; es preciso que los sacerdotes manifiesten la alegría de la fidelidad a la propia identidad con el entusiasmo de la misión".
Seguidamente el Papa Benedicto XVI resaltó que "la falta de sacerdotes no debe considerarse una situación normal o típica del futuro". Por ello animó a los obispos a "unir los esfuerzos para despertar nuevas vocaciones sacerdotales y encontrar a los pastores indispensables para vuestras diócesis, ayudándoos mutuamente para que todos dispongan de presbíteros mejor formados y más numerosos para sustentar la vida de fe y la misión apostólica de los fieles".
Al recordar que la Iglesia celebra el Año Sacerdotal en el 150º aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, el Santo Padre aseguró que San Juan María Vianney "sigue siendo un modelo actual para los presbíteros, sobre todo en vivir el celibato como exigencia del don total de sí mismos, expresado por aquella caridad pastoral que el Concilio Vaticano II presenta como centro unificador del ser y del obrar del sacerdote".
Finalmente el Papa remarcó que "ya se manifiestan numerosos signos de esperanza para el futuro de las Iglesias particulares, un futuro que Dios está preparando a través de la dedicación y de la fidelidad con que ejercéis vuestro ministerio episcopal".