A pocos días de su visita a República Checa, el Prior del Carmelo del Niño Jesús de Praga, P. Petr Sleich, dio a conocer que el Papa Benedicto XVI coronará esta imagen también conocida como el Divino Niño, el próximo 26 de septiembre como el primero de sus actos en este país europeo.
En diálogo con la organización internacional católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) el sacerdote explicó que la imagen del Divino Niño, venerada en muchos países del mundo, hace que las personas tengan la posibilidad de tener a Cristo de manera visible y permitir así un "encuentro auténtico con Él".
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"Cuando, en nuestro santuario, la gente tiene ante sí a Dios representado como niño, no siente miedo; al contrario, porque como tal reclama nuestro amor, nuestro corazón, nuestras manos y nuestra ayuda", comenta el Prior.
El Principito y el Divino Niño
Al explicar la imagen del Divino Niño que aparece representado como rey, el sacerdote afirma que "a veces digo, medio en broma, que al Niño Jesús le basta la mano izquierda para gobernar el universo entero. Pero, en realidad, no es una broma, sino la verdad. Con la derecha, el Niño Divino bendice a los hombres"
El Divino Niño, asegura luego el P. Sleich, fue la inspiración del conocido libro "El Principito" del francés Antoine de Saint-Exupéry quien estaba muy familiarizado con esta venerada imagen.
"Su libro se lee en los colegios por no ser una obra religiosa, pero lo cierto es que lo es en altísimo grado, pues se inspira directamente en el Niño Jesús de Praga. Un niño que viene del cielo, que ofrece su amistad, muere y regresa a las alturas… Jesús diría que regresa junto al Padre, pero la fe de Saint-Exupéry no era suficientemente firme. Los niños que visitan al Niño Jesús de Praga entienden que el Niño Jesús no es una extraña peculiaridad católica y comprenden su mensaje", comenta.
Tras asegurar que la presencia del Divino Niño y dentro del poco, del Papa Benedicto XVI en República Checa, es un aliciente para la evangelización en un país donde cunde el ateísmo, el P. Sleich cuenta que él mismo recién fue bautizado a los 20 años.
La historia
La imagen del Niño Jesús de Praga o del Divino Niño se venera actualmente en la iglesia de Santa María de la Victoria del barrio de Malá Strana en Praga y recibe anualmente un millón de peregrinos procedentes de todo el mundo.
Se dice que Santa Teresa de Ávila se lo regaló a una noble española quien, a su vez, se lo dio a su hija como regalo de bodas cuando ésta se casó en Praga. La imagen es venerada desde 1628 en la iglesia de los padres carmelitas. En la guerra de los Treinta Años fue profanada por soldados protestantes de Sajonia, que le quebraron las manos y la dejaron tirada sobre un montón de escombros detrás del altar. Los carmelitas fueron expulsados del monasterio.
Algunos años más tarde, el Padre Cirilo a Matre Dei, un carmelita de Luxemburgo que veneraba profundamente al Niño Jesús de Praga, volvió a encontrar la imagen. Dice la historia que el Niño Jesús le pidió encarecidamente que le devolviera las manos, prometiéndole: "¡Cuanto más me honraréis, tanto más os bendeciré!".
A principios del siglo XIX, los carmelitas tuvieron que abandonar, una vez más, su monasterio, a raíz de la secularización impulsada por el emperador José II y no pudieron regresar al barrio de Malá Strana hasta 1993, tras el derrumbe del comunismo en Europa. En la actualidad, cinco sacerdotes carmelitas se encargan del santuario.
Recientemente, el Arzobispo de Praga, Cardenal Miroslav Vlk, ha declarado a la iglesia que alberga al Niño Jesús de Praga segundo santuario de la República Checa después de la Catedral de San Vito.