Los obispos uruguayos están difundiendo en las distintas diócesis el documento “Criterios orientadores para la pastoral educativa en Uruguay”, un texto en el que los prelados definen, entre otras cosas, los lineamientos para elegir a los maestros en los colegios católicos.
El documento, aprobado en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Uruguay (CEU) de abril pasado, ha causado revuelo en la prensa porque precisa que los homosexuales y los divorciados en nueva unión no deberían trabajar como maestros en escuelas de la Iglesia Católica.
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En la presentación del texto, los obispos aseguran que “la escuela católica está llamada a una profunda renovación. Debemos rescatar la identidad católica de nuestros centros educativos por medio de un impulso misionero valiente y audaz, de modo de que llegue a ser una opción profética plasmada en una pastoral de educación participativa”.
“Dichos proyectos deben promover la formación integral de la persona teniendo su fundamento en Cristo, con identidad eclesial y cultural, y con excelencia académica. Además han de generar solidaridad y caridad con los más pobres. El acompañamiento de los procesos educativos, la participación en ellos de los padres de familia y la formación de docentes, son tareas prioritarias de la pastoral educativa”, recuerdan.
Asimismo, explican que el documento “ha sido fruto del trabajo constante de nuestra Conferencia en los últimos años, a través del Departamento de Educación y debe ser comprendido en el contexto del servicio pastoral que como Conferencia deseamos ofrecer en este campo de evangelización, y está dirigido a los centros formales de primera y segunda enseñanza, es decir los colegios y liceos católicos de nuestro país”.
Se trata del primer documento que la iglesia realiza para las educaciones educativas. Las recomendaciones surgen de la Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec) y aprobadas por la CEU.