A pesar de sus insistentes esfuerzos, el Concejo de Medellín no logra convencer a la población local para que apruebe su polémico proyecto de Clínica de la Mujer, un recinto sanitario donde se practicarían abortos.
Esta semana, el Concejo organizó un debate en televisión, entre la concejala María Regina Zuluaga y Beatriz Campillo Vélez, una estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana y miembro del Centro Colombiano de Bioética.
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Zuluaga intentó convencer al público de que el propósito del Concejo es velar por la salud de las mujeres, pero la estudiante Campillo dejó en claro que la clínica estará concentrada en el aborto y los anticonceptivos.
De los 2.706 televidentes que se comunicaron con el programa para dar su opinión, el 65 por ciento dijo no estar de acuerdo con la Clínica de la Mujer.
Más cuestionamientos
Al mismo tiempo, el diario El Colombiano publicó la carta que una arquitecta colombiana radicada en España envió a la Primera Dama de Medellín, Marta Liliana Herrera, explicando por qué se abstuvo de participar en el concurso arquitectónico del polémico centro.
La arquitecta Análida Sanín Gutiérrez, que curiosamente está de acuerdo en facilitar el acceso al aborto, señaló estar decepcionada del programa arquitectónico porque "carece de las garantías de salud y bienestar, y, en consecuencia social para una población tan sensible como es la femenina".
La experta cuestionó que el proyecto de Clínica de la Mujer no ofrezca atención a los partos, contemple sólo dos consultorios de ginecología, no ofrezca consultorios de traumatología ni oncología, sólo considere un consultorio para nutrición "cuando la bulimia y la anorexia mantienen vigencia entre las mujeres, por factores exclusivamente sociales".
Asimismo, consideró que el proyecto es insuficiente "en consultas de psicología, para la atención al maltrato físico, psíquico, social, sexual y de tipo ‘control económico’"; insuficiente en salas de terapia; carece de espacios para asesoramiento jurídico y laboral.
"El Programa Arquitectónico y otras circunstancias un poco más técnicas nos dejaron desconcertados y decidimos detener los esfuerzos. Por eso aún estando inscritos consideramos, por la experiencia de mis colaboradores, que existe una pregunta fundamental para abordar correctamente un proyecto de éste tipo: ¿Cuál es el verdadero propósito de la Clínica de la Mujer?, sin claridad al respecto sería bastante difícil llegar a un verdadero acierto, comprometiendo un presupuesto y currículum profesional; por tanto decidimos finalmente no entregar", concluye la carta.