Tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que despenaliza la tenencia de drogas para consumo personal, el Arzobispo de Rosario, Mons. José Luis Mollaghan, y la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Social, solicitaron se ponga en práctica una política integral de prevención contra las adicciones y a favor de los adictos.
En el texto, que reitera las Conclusiones del Encuentro sobre la prevención de la Droga que se realizó durante el año 2008 conjuntamente con la Acción Católica de Rosario, el Prelado hace eco de las palabras del Papa Benedicto XVI, quien advierte a los traficantes que "Dios les pedirá cuentas de lo que están haciendo, la dignidad humana no puede ser pisoteada de este modo".
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Asimismo, invitó a los centros de recuperación que trabajan en la arquidiócesis, que ante esta situación no se desanimen y redoblen la pedagogía de la prevención y los esfuerzos de la recuperación.
"¿Sin una política integral del Estado de prevención de adicciones, cómo será posible pedagógicamente orientar a nuestros jóvenes hacia el abandono de la adicción y del consumo de drogas, si a la vez oyen que es legal la tenencia y el consumo personal?", cuestionan y señalan luego que "si bien no se debe criminalizar al adicto porque sería un despropósito esta actitud frente al enfermo, y 'no se debe agregar una aflicción al afligido'; en cambio se deben ofrecer todos los medios para librarlo de este mal, vencer a la enfermedad y alcanzar su recuperación".
Asimismo alertan que "despenalizar la tenencia para consumo propio en estas condiciones, puede interpretarse, sin un adecuado sistema de protección y reinserción, dejar abandonado al adicto, y no hacerse cargo de su derecho a la salud".
Seguidamente afirman que "la pretendida libertad que hoy se invoca, lamentablemente empuja a los más postergados a creer que todo está permitido, inclusive las drogas más lesivas, y que paradójicamente no eligen libremente, porque frecuentemente lo hacen como movidos por una reacción desesperada y asediados por las situaciones en que viven, que tantas veces no son atendidas".
Tras reiterar el llamado para poner en práctica una "política integral y subsidiaria", el texto alienta "todos los esfuerzos que se puedan hacer desde el Estado, sabiendo que la solución al problema de las drogas es una tarea de todos, cada uno según su responsabilidad; y por ello también la sociedad en su conjunto debe involucrarse para conformar una verdadera red social que dé respuestas concretas a esta enfermedad de nuestro tiempo y preserve, sobre todo a los jóvenes, de la esclavitud de la droga".