Ante miles de fieles reunidos esta mañana (hora local) en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo para la Audiencia General, el Papa Benedicto XVI señalo que "como he escrito en la Encíclica Caritas in veritate, la cuestión del medio ambiente está ligada a la del desarrollo humano integral. Cuando en la sociedad se respeta la ecología humana, se beneficia también la ecología ambiental".
En su habitual catequesis, Benedicto XVI precisó en su breve resumen en español que "la creación ha sido confiada por Dios a la responsabilidad del hombre. Es posible, inspirándose en los valores de la caridad en la verdad, construir un desarrollo humano integral que beneficie a todos los pueblos y a las generaciones futuras".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Refiriéndose en italiano a lo expresado sobre este tema en la Caritas in vertitate, el Papa indicó que se hace urgente "la necesidad moral de una renovada solidaridad" no solo en "las relaciones entre los países, sino también entre las personas, ya que el ambiente natural es dado por Dios a todos, y su uso conlleva nuestra responsabilidad personal hacia toda la humanidad, en particular hacia los más pobres y las generaciones futuras".
"Advirtiendo la común responsabilidad por lo creado, la Iglesia no solo está comprometida en promover la defensa de la tierra, del agua y del aire, dados por el Creador a todos, sino sobre todo se esfuerza en proteger al hombre contra la destrucción de sí mismo", indicó el Pontífice.
De hecho, prosiguió, "'cuando la 'ecología humana' es respetada dentro de la sociedad, también la ecología ambiental genera beneficios'. ¿No es tal vez cierto que el uso desconsiderado de la creación comienza allí donde Dios es marginado o donde se niega su existencia? Donde se viene a menos la relación de la criatura humana con el Creador, la materia es reducida a una posesión egoísta, a un afán de poseer lo más posible".
Luego de reiterar que la creación, diseñada de modo inteligente por Dios, debe ser administrada rectamente por el hombre, el Pontífice resaltó la necesidad de que la "comunidad internacional y los gobiernos individuales ¡sepan dar las justas señales a sus ciudadanos para contrastar de modo eficaz las modalidades de utilización del ambiente que resultan dañinas!"
Por ello, "la protección del ambiente, la tutela de los recursos y del clima exigen que los responsables internacionales actúan conjuntamente en el respeto de la ley y de la solidaridad, sobre todo en las relaciones de las regiones más débiles de la tierra. Juntos podemos construir un desarrollo humano integral a beneficio de los pueblos, presentes y futuros, un desarrollo inspirado en los valores de la caridad y la verdad".
Para que esto suceda, continuó el Papa, "es indispensable convertir el actual modelo de desarrollo global hacia una más grande y compartida responsabilidad ante lo creados: lo exige no solo las emergencias ambientales, sino también el escándalo del hambre y la miseria".
Dirigiéndose luego a los peregrinos de lengua inglesa, el Santo Padre alentó a "los participantes de la cumbre de las Naciones Unidas para que inicien sus debates constructivamente y con generoso valor"; refiriéndose a la 64º Sesión Ordinaria que de este organismo que se desarrollará del 15 de septiembre al 2 de octubre; previa a la reunión de Copenaghe (Dinamarca), también de la ONU, que tratará el tema del cambio climático del 7 al 19 de diciembre.