El Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, destacó la vigencia de las enseñanzas de San Alberto Hurtado para los chilenos y pidió responder al llamado del santo sobre la urgencia de más vocaciones a la vida sacerdotal.
En la presentación de la reedición del libro "¿Es Chile un país católico?, del Padre Alberto Hurtado, el Purpurado explicó que "la vigencia de este libro no se encuentra en las estadísticas ni en las meras observaciones empíricas, sino en la visión de la realidad y en las tareas y los desafíos concretos y permanentes que Dios propone a nuestra Patria y a cada uno de nosotros".
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Asimismo, destacó que "entre todos los problemas que plantea en su libro, San Alberto no duda en señalar la falta de sacerdotes como el más grave de todos. No sólo en número, sino también en fervor y entrega generosa al servicio de sus hermanos en la Iglesia".
"Hoy no contamos con ese gran porcentaje de sacerdotes extranjeros que en esa época colaboraban con el escaso clero chileno. Gracias a Dios, los que han partido han sido reemplazados por sacerdotes chilenos en estos años. Pero siguen siendo del todo insuficientes", explicó el Cardenal Errázuriz.
En este sentido, agregó que "la vida y el testimonio del sacerdote en la Iglesia, cuando transparenta verdaderamente la imagen de Cristo, ofrece a los hombres un encuentro personal con el Señor que buscan, con el Buen Pastor que no se reservó nada para sí, sino que lo dio todo en favor de sus hermanos".
"El santo chileno nos invita a involucrarnos activamente en el esfuerzo por pedir a Dios y cooperar con Él para que aumenten los sacerdotes", indicó.
También recordó que la Iglesia no se compone sólo de sacerdotes, "ni les confía sólo a ellos la tarea de la evangelización, sino que invita con ardor a los laicos, de la Acción Católica en tiempos del Padre Hurtado y de los diversos movimientos, colegios, comunidades eclesiales y obras de inspiración cristiana de nuestra época, a la desafiante tarea de la ‘restauración cristiana de las conciencias’, como la llama San Alberto. Nos mueve la certeza que regala la fe de que Dios da sentido y consistencia a la vida humana en toda su grandeza y en toda su pequeñez".