El Arzobispo de Antequera-Oaxaca, Mons. José Luis Chávez Botello, pidió defender y fortalecer la dignidad de las mujeres que sufren por la marginación, la falta de oportunidades y la violencia.
"Se nos impone a todos quitarnos la venda, deponer el orgullo y actuar ya con responsabilidad social", expresó el Prelado en un comunicado en el que destacó los 50 años de la Asociación Civil Protección a la Joven de Oaxaca, que apoya a jóvenes indígenas-campesinas que llegan a la ciudad para trabajar y estudiar; y que "requieren ayuda por encontrarse en situación vulnerable".
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Mons. Chávez Botello señaló que esta situación es el fruto "de graves errores sociales que hemos venido cometiendo por décadas en el campo de la educación, de la familia y de la política en relación a la mujer; vemos con tristeza en muchas jóvenes el rostro de la injusticia, del abuso y comercio sexual, el estrago de la drogadicción y algunas enroladas ya en el crimen organizado".
El Prelado recordó que la naturaleza de la mujer es receptiva y acogedora, además percibe más fácilmente las realidades espirituales y las vive con más consciencia. "Las verdades religiosas, al introducirse en el corazón de la mujer adquieren una resonancia extraordinaria, vive en su interior esas realidades y las hace sensibles a los demás", afirmó.
Asimismo, destacó que la maternidad, en su sentido profundo, es una manifestación de la vocación de la mujer al amor, que lo vive "dándose, hasta el olvido de sí misma, como ofrenda a los demás". "No es posible que todos estos dones de la mujer hayan sido dados por Dios sin una finalidad", expresó.
El texto, firmado también por el Obispo Auxiliar, Mons. Oscar Campos, indicó que el hombre y la mujer gozan de una igualdad fundamental y de los mismos derechos gracias a la dignidad humana que poseen. Sin embargo, aclaró que "esta igualdad de ninguna manera comporta la desaparición de las diferencias biológicas y psicológicas que emanan del ser varón o del ser mujer".
"Caminar hacia la distorsión, ambigüedad o desaparición de esas diferencias sería una verdadera catástrofe para la identidad de las personas, un grave deterioro para las familias y para la misma sociedad. Entre el varón y la mujer se da complementariedad y, en consecuencia, hay que erradicar toda idea de superioridad y de competencia", explicó.