El ex Ministro de Educación y actual rector de la Universidad José del Valle, Carlos Ávila Molina, aclaró que los ataques contra la Iglesia Católica desde el último golpe de estado no reflejan el sentir de la amplia mayoría de hondureños para quienes es el "asidero moral y espiritual" de la nación.
Ávila Molina concedió una entrevista a María Lozano, colaboradora de la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) en la que señaló que los ciudadanos de a pie llevan una vida normal en Honduras, a pesar de la situación política.
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"Las personas acuden a sus iglesias, a sus puestos de trabajo, los fines de semana son normales, hay paseos familiares, y los movimientos de tomas de carreteras e interrupción del tráfico son provocados por grupos pequeños de personas que realmente distorsionan la tranquilidad del país", indicó.
Según el experto, "en términos generales, en toda Honduras hay una vida normal que nos han sorprendido que fuera se considera que estamos en un estado lamentable donde no puede haber respeto de derechos humanos, y eso es completamente falso".
Al ser consultado sobre el llamado del gobierno de turno a emprender un diálogo interno que incluya a todas las partes de la sociedad civil, señaló que la Iglesia tiene un papel importante.
"La Iglesia en este diálogo ha sido una conductora espiritual y cívica, nos ha orientado, y durante todo el periodo anterior al 28 de junio, emitió sabios comunicados en los cuales advertía y solicitaba que el bien común prevaleciera sobre todo. Y al señalar el bien común, la atención del bien común era que todos tenemos algo que decir", indicó.
Explicó que "la misma Iglesia, nuestros obispos, han señalado que todos tenemos culpabilidad por haber callado en su momento el señalamiento de los errores que se estaban cometiendo. Por lo tanto, tiene toda la autoridad moral, ética y espiritual para jugar un papel preponderante".
"Sin embargo, el sector que no encuentra espacio para poder expresarse sin violencia, hace caso omiso de esos llamados, y más bien ha atacado a las autoridades de la Iglesia de una manera irreflexiva y nos duele. Pero una cosa muy interesante es que no ha habido ninguna reacción de violencia hacia esos ataques que se encuentran plasmados en paredes manchadas en todas las ciudades del país, con pintadas que hacen alusión a personalidades de la Iglesia Católica, a la misma Iglesia se le ha insultado. Pero sentimos que la Madre Iglesia tiene verdaderamente un asidero moral, espiritual enorme que es reconocido por más del 97% de los hondureños", agregó.
Sobre la posibilidad de que Manuel Zelaya retome el poder en Honduras, Ávila Molina sostiene que "desde el punto de vista social no vemos factible" este retorno porque debería dar cuenta sobre una serie de acusaciones de "malversación de fondos por las cuales tiene que responder ante los tribunales correspondientes".
"De manera que, de retornar él al poder es para continuar el debido proceso que le corresponde, y es que se le presenten sus derechos y sea trasladado inmediatamente a una instancia donde se lleve a cabo el juicio correspondiente, pero no vemos realmente en el país que exista una condición para poder aceptar el retorno de él bajo algunas premisas de limitar sus actuaciones, porque el país ha sufrido durante tres años los excesos de abusos que están documentados y que están abiertas a la revisión de cualquier instancia internacional", indicó.