El Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Cardenal Angelo Bagnasco, alentó a los médicos que defienden la vida y se oponen al aborto a utilizar su derecho a la objeción de conciencia ante la decisión de las autoridades sanitarias de permitir la venta del fármaco abortivo RU486 en el país.
En una entrevista concedida al diario Avvenire, el también Arzobispo de Génova advirtió que esta decisión hace que se considere "al aborto como un anticonceptivo, algo que la ley 194 excluye absolutamente" y manifiesta su "tristeza, amargura y preocupación" la postura de las autoridades sanitarias a la que ha calificó como "una grieta en nuestra civilidad".
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Donde no hay respeto por la vida humana, dice el Purpurado, "desde su concepción en su fragilidad y luego en su recorrido, la sociedad es menos humana. Es amargo que así prevalezca el derecho del más fuerte". Detrás de esta sociedad, añadió, "está una cultura individualista, escondida bajo el respeto de la libertad de la mujer" que "en realidad sufre un drama, vive en el sufrimiento y la preocupación; cuando una cultura verdaderamente humana se debería hacer cargo de ella".
Para el Cardenal Bagnasco, es necesario en este campo que se alce "una voz valiente, clara, argumentada en todos los niveles", refiriéndose a la urgencia de la labor que deben realizar los laicos católicos en defensa de la vida del no nacido y las mujeres; así como en la política a través de leyes que favorezcan esta tarea.
Ante esta autorización de la RU 486, el Presidente de la CEI augura también que "la objeción de conciencia nacida de profundas convicciones crezca todavía, y sea como un testimonio para la opinión pública ante la persistencia de una conciencia profunda".
Según algunos datos dados a conocer recientemente, el 70,5 por ciento de los médicos italianos ejercen la objeción de conciencia ante el aborto. Este hecho, para el Cardenal Bagnasco, "debería hacer reflexionar sobre la sensibilidad todavía fuertemente enraizada en el corazón de los italianos".