Al despedirse esta mañana del personal que lo sirvió en la residencia de Las Combes de Introd, el Papa Benedicto XVI comentó sobre su leve fractura en la mano derecha que tal vez su Ángel de la Guarda estaba siguiendo “órdenes superiores” al permitir que le ocurriera este infortunio, para enseñarle a tener “más paciencia y humildad”.
Al finalizar sus breves palabras de despedida, reproducidas por Radio Vaticana, al personal de Las Combes, el Santo Padre dijo que su Ángel de la Guarda “no ha impedido mi infortunio, siguiendo ciertamente ‘órdenes superiores’. Tal vez el Señor quería enseñarme a tener más paciencia y humildad, darme más tiempo para la oración y la meditación”.