El Obispo Emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen, denunció los estragos de la "falsa interpretación" que la comunidad católica china ha dado a la carta enviada en el año 2007 por el Papa Benedicto XVI, causada principalmente por las restricciones que el Gobierno comunista impuso –y mantiene– sobre el documento.
Según informa el vaticanista italiano Sandro Magister, la carta papal ha sido malentendida "para beneficio absoluto de las autoridades comunistas y de su designio de someter a la Iglesia".
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Magister recogió el balance del Cardenal Zen publicado en el sitio web de la diócesis de Hong Kong y recuerda que "la Asociación patriótica ha prohibido su difusión. Varios sacerdotes que la distribuían han sido arrestados. Los sitios web chinos que la divulgaban han debido cancelarla. Hasta ahora es inaccesible en China su versión íntegra informada en idioma mandarín en el sitio web del Vaticano".
"Ha sido fatigosa y tortuosa también la llegada a los destinatarios de una carta posterior del Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado Vaticano, entregada personalmente a cada uno de los obispos de China. En algunos casos han transcurrido meses. Ni siquiera esta carta –incierta en los contenidos, a juicio del Cardenal Zen– ha ayudado a llevar claridad", agrega Magister citando al Purpurado.
Siempre a juicio del Cardenal Zen, Magister explica que "el malentendido más grave de las indicaciones dadas por Benedicto XVI remite a la cuestión del reconocimiento oficial por parte de las autoridades comunistas. Muchos han interpretado la carta del Papa como una orden taxativa dada a las comunidades y a los obispos ‘subterráneos’ de salir de la clandestinidad y de pedir el reconocimiento del gobierno".
El Cardenal Zen sostiene que "la realidad fundamental es que el gobierno ha mantenido su política sin modificación alguna, una política que apunta a esclavizar a toda la Iglesia. Es por eso que nos toca ser testigos de un espectáculo doloroso: obispos y sacerdotes que, pensando en obedecer al Santo Padre, hacen esfuerzos enormes para llegar a un acuerdo con el gobierno; muchos de ellos, frente a condiciones inaceptables impuestas por el gobierno, finalmente se echan atrás".
"Por su parte, el gobierno se ha presentado como un sostenedor entusiasta de la voluntad del Papa, declarándose él mismo el promotor de la unidad (de la Iglesia), obviamente una unidad bajo el control absoluto del gobierno dentro de la jaula de la llamada Iglesia independiente", indica.
En esta coyuntura es que el Vaticano publicó a fines de mayo pasado un "compendio" que recoge en preguntas y respuestas las partes más importantes de la carta papal.
El Cardenal Zen ha pedido a los católicos chinos a leer con atención este compendio y sostiene que es justo desear obrar en libertad y a cara descubierta, "pero lamentablemente 'casi siempre' es imposible obrar así porque las condiciones que son impuestas no son compatibles con nuestra conciencia católica".