El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Antonio Cañizares, afirmó, en referencia a la futura Ley del Aborto, que "las leyes deben estar para proteger al indefenso y hoy en día son las que se utilizan para eliminar a estos seres débiles, inocentes e indefensos", al comienzo de su ponencia Persona y Economía, de los cursos de verano de la Fundación Universidad Rey Juan Carlos.
"La medicina debe estar para curar y no para eliminar. Las leyes deben estar para proteger al indefenso y son las que también se utilizan para eliminar a estos seres. Justamente, la situación actual nos dice la gravedad del aborto, una realidad que refleja tantísimas cosas. Sin duda ninguna otra cosa es el exponente más claro de la crisis de humanidad que padecemos", señaló el Purpurado.
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En este sentido, apuntó que el aborto es un problema "muy grave" y que es necesario en este sentido que la humanidad tome conciencia de que la mayor crisis que se padece son "los 47 millones de abortos legales", que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se producen anualmente. "Es algo que no tiene ningún precedente en la historia de la humanidad", puntualizó.
En cuanto a si se excomulgarán a los sanitarios que practiquen el aborto, el Cardenal Cañizares indicó que existe una "excomunión inmediata". "Esta práctica representa un crimen, la eliminación de una vida humana, un ser humano inocente, débil e indefenso. ¿Hay alguna barbaridad más grande?", explicó.
Crisis económica y antropológica
Por otro lado, en referencia a su ponencia en estos cursos de verano, comentó que la coyuntura económica actual también protagoniza una crisis antropológica, como dice el Papa en su última encíclica, Caritas in veritate. En su opinión, lo que está en juego es el hombre y la visión del hombre. "De ahí se desprenden toda una serie de consecuencias para la coyuntura económica actual y otra serie de aspectos", añadió el Cardenal Cañizares, al tiempo que destacó que también se trata de una crisis cultural, social, moral y en definitiva, de la humanidad.
Para superarla, aconsejó no sólo aspectos técnicos sino una nueva visión del hombre, necesaria para reconducir tanto la económica como aquella por la que atraviesa la humanidad entera. "Lo que está en juego en estos momentos es lo que se siempre está en el hombre, la cuestión de Dios. Caridad y verdad son los dos elementos que, en medio de la enorme encrucijada en la que se encuentra la humanidad, el Papa señala como 'norte' del camino y el progreso de la sociedad. La verdad y la caridad ambas e inseparables", puntualizó.
En este sentido, explicó que el desarrollo y el bienestar social precisan de esta Verdad y, aún más, de que se estime y se dé testimonio de ella. "Sin ella no hay conciencia ni responsabilidad social. Tanto más en una sociedad en momentos difíciles como los actuales. La prueba de la verdad es la caridad. No es sólo el principio de las 'microrrelaciones' como amistades o familia. Para la iglesia es todo porque surge de la Caridad", concluyó.