En una nota publicada ayer por el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME) se advierte del "desencanto" democrático expresado en el gran porcentaje de abstencionismo en las últimas elecciones. Asimismo alienta a los vencedores a trabajar por vencer la corrupción, una democracia sólida y el bien común.
En el texto titulado "Los verdaderos resultados", el Arzobispado precisa que la decisión de muchos de anular sus votos es una "expresión amarga ante la realidad política" de muchos que "se sienten afectados a causa de la situación económica que va a la baja y el desempleo que va a la alza".
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Seguidamente explica que el resultado final de las elecciones "queda muy lejos de ser una celebración aún para aquellos que resultaron triunfadores, pues es evidente que todos deben reflexionar en torno al margen de legitimidad que la ciudadanía les ha conferido".
Ante la crisis actual del país que vive en medio de "baños de sangre" a causa, entre otras cosas, de la violencia originada por el narcotráfico, el SIAME señala que "llega la hora de la realidad e, independientemente de quienes ahora tendrán en sus manos las responsabilidades de gobierno, todos los actores sociales debemos poner de nuestra parte para reactivar la economía, para facilitar las reformas estructurales que necesita el país, sobre todo en materia fiscal y laboral, y transformar, de una vez por todas, el ambiente de corrupción que lastima a todas las estructuras del Estado, cuyo fin último es la procuración de justicia y el bienestar común".
Tras recordar luego que la Iglesia "trabajará incansablemente para responder a los grandes retos que encara México, no sin antes objetar a aquellos que han afirmado que la derrota del partido en el poder es también un descalabro para la jerarquía católica", la nota explica que "si bien algunos partidos políticos han decidido tener coincidencias (…) con los principios doctrinales de la Iglesia, el compromiso de ésta debe estar por encima de visiones partidistas si es que quiere ser fiel a su misión orientadora a fin de establecer el Reino de Dios aquí en la Tierra".
"Esperamos que quienes han salido vencedores en esta contienda realmente busquen, más allá de sus intereses partidistas y sus beneficios personales, el bien de México. Esperamos que las nuevas legislaturas y los gobernantes de los estados dejen por fin los odios y los pleitos para trabajar juntos por este país. Necesitamos, hoy más que nunca, una generación de políticos que logre rescatar el aprecio y la pasión de los ciudadanos", concluye.