El Presidente de la Conferencia Episcopal Chilena (CECH), Mons. Alejandro Goic, señaló que el proyecto de ley sobre información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad, sería "un modo de superar el obstáculo que han significado los pronunciamientos del Tribunal Constitucional y la Contraloría" contra la distribución de la "píldora del día después".
En un discurso ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Mons. Goic lamentó que en los últimos años "la sociedad política chilena y sus instituciones" apunten a promover la píldora del día siguiente y no "una auténtica prevención coherente con la dignidad del ser humano y que aporte una solución de fondo a los problemas derivados del mal uso de la sexualidad humana".
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"Resulta difícil de comprender que un Estado promueva un bono a las madres por cada hijo nacido, y que al mismo tiempo establezca políticas públicas en función del hijo que no se desea", expresó.
Mons. Goic indicó que el Ministerio de Salud no es el órgano adecuado "para brindar formación para la vida afectiva y sexual ‘con completo respeto por las creencias y formación personales de cada individuo’ como se dice para este proyecto" de ley.
"¿Por qué se excluye a todo el sistema educacional del país, municipal y privado? Da la impresión que la única intención de este proyecto es que se trata solamente de poner a disposición de la población ‘métodos anticonceptivos, tanto hormonales como no hormonales’, y se los menciona, incluyendo los de ‘emergencia’, que, como sabemos, se refiere a la comúnmente llamada ‘píldora del día después’", cuestionó.
Indicó que por ello, la nueva ley "se trataría sólo de un modo de superar el obstáculo que han significado los pronunciamientos del Tribunal Constitucional y la Contraloría" contra el fármaco.
"En el Proyecto de Ley que se analiza, la ‘educación’ se reduce a información sobre las ‘técnicas’ disponibles para impedir el embarazo o para eliminar la vida humana. Y ello ocurre por una razón muy simple: la antropología que subyace entiende a la persona humana desde una mirada incompleta: un ser hedonista, materialista e individualista", criticó.
El Prelado señaló que "un asunto tan delicado que toca la vida humana" no puede abordarse solo desde la dimensión de las políticas de contraconcepción y "en medio de los vaivenes y del calor electoral".
Mons. Goic advirtió que este tipo de políticas enarbolan como argumento terminar con los embarazos precoces, resultantes de relaciones sexuales irresponsables, y "con el aborto como problema social". "Pero ¿no es justamente la promiscuidad sexual que estas políticas favorecen la que deriva inevitablemente en los embarazos precoces?", preguntó.
El Presidente de la CECH afirmó que solo la educación en valores morales ayuda a la persona a crecer como ser humano y a construir una sociedad sana y responsable. "Para quienes creemos en Cristo, el fruto de una relación sexual no es un problema sino una vida humana que merece nacer, crecer, ser amada y desarrollarse en plenitud", recordó.