El Secretario General de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Mons. Mariano Crociata, precisó en una reciente homilía que la Iglesia no nutre ningún tipo de desprecio por el cuerpo y la sexualidad humana; pero sí le dice "no a la degradación moral, al desprecio exhibido frente a todo lo que significa pudor, sobriedad y autocontrol".
Así lo indicó el también Obispo de Emérito de Noto, en su homilía de la Misa que celebró en la casa del martirio de Santa María Goretti en la localidad de Ferriere, cuya memoria la Iglesia recuerda el 6 de julio. Para el Prelado, esta pequeña santa es "un testimonio de la fidelidad a la propia conciencia y a Dios llevada hasta extremas consecuencias y pagada con el martirio".
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Este testimonio de la pequeña santa que fuera asesinada de 14 puñaladas por preservar su virtud a la edad de 12 años; y que perdonara a su agresor antes de morir, es "de gran coherencia" y no está "pasado de moda", sino que manifiesta además la necesidad de redescubrir las "palabras que están en desuso como pureza, castidad, virginidad, que nos cansa pronunciar y que nos sonrojan", indicó el Obispo.
Y esta es la paradoja de nuestro tiempo, precisa Mons. Crociata, que hoy en día "se haya llegado a actuar y hablar sin límites de cosas por las que verdaderamente uno se debería sonrojar y avergonzar; y que en vez de eso uno termine sonrojándose por todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, honorable, aquello que es virtud y merece alabanza".
En la nota de L'Osservatore Romano, se precisa además que el Prelado constata que no está en juego un "moralismo de otros tiempos, superado" sino a la desviación de un aspecto humano del hombre que, cuando es mal entendido, es "un peligro para el bien mismo del hombre".
El ejemplo de la santa, dijo luego, "nos recuerda algunas verdades humanas y cristianas fundamentales: la dignidad y la identidad de la persona, la grandeza del cuerpo, la bondad de la sexualidad, la naturaleza de la libertad. No hay entonces desprecio por el cuerpo; algún tabú sobre la sexualidad, algún temor de la libertad".
Cuestiona, añade el Obispo, "el espectáculo cotidiano de degradación moral que se consuma en tantas imágenes proyectadas por los medios de comunicación y en las crónicas de vidas sin fines, que son devastadas".
Finalmente y tras precisar que los jóvenes deben comprender que "el cuerpo no es un objeto que puede usarse indiscriminadamente", el Secretario de la CEI aseguró que "ninguno debe pensar que en este campo no existe graves comportamientos; sobre todo cuando están implicados menores". "De aquí la necesidad de interrogarse todos sobre el daño causado y las consecuencias producidas por haber tocado la inocencia de enteras nuevas generaciones", culminó.
Para conocer la historia de Santa María Goretti, ingrese a: http://www.aciprensa.com/testigosdefe/goretti.htm