El Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, advirtió que de aprobarse el mal llamado aborto terapéutico y permitirse la distribución gratuita de la píldora del día siguiente, el perjudicado será Chile porque se perdería el respeto incondicional a la vida con sus consecuentes miles de víctimas, tanto madres como hijos.
En una extensa entrevista con el diario La Segunda, el Purpurado se refirió al deseo del Gobierno de distribuir gratuitamente la píldora del día siguiente, pese a que tres instituciones del Estado se oponen; así como a la posibilidad de que algunos candidatos se muestren a favor del aborto terapéutico.
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El Arzobispo reafirmó que la Iglesia defiende la vida y por tanto es contraria al aborto. Destacó que a pesar que en otros países el aborto ha ido avanzando, la mayoría de chilenos está a favor de la vida.
El Cardenal Errázuriz advirtió que es contradictorio hablar de un "aborto terapéutico" porque "jamás el hecho de matar es terapéutico". Sobre los casos en que se dice que es necesario matar al niño que está en el vientre para salvar a la madre, indicó que "los médicos que he consultado me dicen que, con los avances científicos, esa alternativa (de decidir) entre la vida de la madre y la vida del niño en su seno, ya no se da".
"La aprobación de un aborto mal llamado terapéutico, además de despenalizar en ciertos casos el homicidio, termina siendo una puerta ampliamente abierta a todas las motivaciones posibles", expresó.
El Cardenal también se manifestó contrario al aborto eugenésico porque no se puede discriminar como si una vida humana fuese más valiosa que la otra. Recordó que "todas fueron creadas a imagen y semejanza de Dios" y por ello son sagradas.
"La discriminación en este campo la ha esgrimido un gran número de dictaduras contra sus adversarios. Pensemos con horror en el antisemitismo de Adolfo Hitler, y en la eliminación de enemigos políticos también en nuestra patria", indicó.
Píldora del día siguiente
Con respecto a la píldora del día siguiente, el Arzobispo de Santiago expresó su extrañeza por el apuro gubernamental de distribuir masivamente dicho fármaco. Recordó que ya tres instituciones del Estado, como la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Constitucional y la Contraloría General de la República, se han opuesto a que se distribuya la píldora.
Pese a ello, "miembros de los otros poderes del Estado y otros políticos, en lugar de respetar estos juicios, alzan su voz contra tres instituciones del Estado de Derecho que son esenciales a él, y cuya probidad no podemos poner en duda. Atacarlas es debilitar gravemente al Estado".
El Cardenal Errázuriz pidió serenidad porque se trata de un tema delicado, ya que el problema de fondo es si la píldora del día siguiente es abortiva o no. Advirtió que en "algunas instrucciones que han acompañado su venta en Europa, se ha afirmado expresamente que uno de sus efectos puede ser el aborto".
El Purpurado recordó que quienes promueven este fármaco dicen que no es abortivo gracias a la alteración del concepto "embarazo" en la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Indicó que aunque es claro que el embarazo comienza con la concepción, ahora, según la nueva definición de la OMS, "el embarazo comenzaría varios días después, con la anidación del óvulo fecundado en el útero. Al aborto lo llaman desde entonces ‘interrupción del embarazo’".
"Por eso, según la nueva definición de embarazo, sólo habría aborto a partir de la anidación del embrión en el útero. La eliminación de embriones entre la fecundación y la anidación, según la nueva definición no sería un aborto, sino una mera ‘intercepción’. Por este motivo hay quienes afirman categóricamente que la píldora no es abortiva (sino sólo ‘interceptiva’)", explicó.
El Arzobispo de Santiago reconoció que a lo largo de la historia la Iglesia ha perdido muchas veces en las causas de la defensa a la vida, como cuando ha llamado a detener las guerras, la violencia, las detenciones arbitrarias y cuando ha pedido "clemencia para los condenados" a muerte; sin embargo, "no por eso va a optar por no defender la vida humana". "Sólo años después se reconoce la trascendencia y la nobleza de estas causas que la Iglesia defiende", manifestó.