El Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, llamó a los políticos a buscar la santidad sirviendo a los demás y creando "entre los ciudadanos condiciones de igualdad en las oportunidades" para su desarrollo, a ejemplo de Santo Tomás Moro.
"La actividad política debe realizarse con espíritu de servicio, es una verdadera vocación que dignifica a quien la ejerce, concretamente en el gobierno, en el establecimiento de las leyes y en la administración pública, en sus diversos ámbitos", afirmó el Purpurado durante la festividad de Santo Tomás Moro, patrono de los políticos y legisladores católicos.
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Según el SIAME, el Arzobispo recordó que el político debe preocuparse por una justicia que no quede centrada solo en dar a cada persona lo suyo, "sino que tienda a crear entre los ciudadanos condiciones de igualdad en las oportunidades, y por tanto, a favorecer a aquellos que corren el riesgo de quedar relegados o de ocupar los últimos puestos en la sociedad, sin posibilidad de una recuperación personal".
En ese sentido, criticó la actitud de poner intereses personales o de grupo por encima del bien común, porque ello genera "el insoportable escándalo de las sociedades opulentas del mundo de hoy, donde los ricos se hacen más ricos y los pobres son cada vez más pobres".
Seguidamente, el Cardenal Rivera llamó a los políticos cristianos a recurrir y vivir los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, "que no es una ideología y menos aún un programa político, sino que ofrece las líneas fundamentales para una comprensión del hombre y de la sociedad a la luz de la ley ética universal, presente en el corazón de todo hombre e iluminada por los principios evangélicos".
"No se trata de darle la vuelta a los problemas sino de enfrentarlos con el testimonio de una fe coherente. En una sociedad laica debemos ser respetuosos de creyentes y no creyentes, pero nunca vergonzantes para callar nuestros principios y convicciones", expresó.
Con respecto a los legisladores, el Arzobispo de México señaló que "en la actual sociedad pluralista, el legislador cristiano se encuentra con situaciones que contrastan y se confrontan con la conciencia", y por tanto, "será la prudencia cristiana la virtud que le indique el cómo comportarse sin renunciar a la voz de su conciencia rectamente formada, y cumplir su tarea de legislador".