Al recibir esta mañana a Su Beatitud Ignace Youssef III Younan, nuevo Patriarca católico de Antioquia de los Sirios, acompañado por diversos miembros del sínodo de esa Iglesia, el Papa Benedicto XVI resaltó el testimonio de fe de los católicos de rito oriental así como su fidelidad al Santo Padre.
"La Providencia divina –dijo el Papa en su discurso– nos ha constituido ministros de Cristo y pastores de su único rebaño. (...) Cristo mismo, nuestro Señor, estableció al apóstol Pedro como la 'roca' sobre la que se asienta el edificio espiritual de la Iglesia, pidiendo a sus discípulos que caminasen en plena unidad con él, bajo su guía segura y la de sus sucesores".
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"En el curso de vuestra historia milenaria la comunión con el Obispo de Roma ha estado siempre acompañada por la fidelidad a la tradición espiritual del Oriente cristiano y ambas constituyen los aspectos complementarios de un patrimonio único de fe que profesa vuestra venerable Iglesia".
El Pontífice recordó después que para subrayar "la raíz eucarística" de esa unión concedió al Patriarca la "ecclesiastica communio", cuando éste fue elegido cabeza del Sínodo. "Oportunamente –agregó dirigiéndose a Su Beatitud Ignace Youssef III– usted mostró, con un signo público, el estrecho lazo que os une al Obispo de Roma y a la Iglesia universal, durante la Eucaristía celebrada ayer en la basílica de Santa María Mayor".
"Efectivamente la Eucaristía funde nuestras diversas tradiciones en la unidad del único Espíritu, haciendo de ellas una riqueza para todo el pueblo de Dios. ¡Que la celebración de la Eucaristía, fuente y cima de la vida eclesiástica os mantenga anclados en la antigua tradición siria que reivindica la posesión de la lengua que hablaba el Señor Jesús y, al mismo tiempo, os abra al horizonte de la universalidad eclesial!", exclamó.
La Eucaristía, dijo luego, "es el Pan de Vida que nutre a nuestras comunidades y hace que crezcan en la unidad y la caridad. Encontrad así en la Eucaristía, sacramento de la unidad y la comunión, la fuerza de superar las dificultades que vuestra Iglesia ha pasado en estos últimos años para reencontrar los caminos del perdón, de la reconciliación y la comunión".
Al finalizar, Benedicto XVI manifestó su satisfacción por la "plena reanudación del funcionamiento" del sínodo de esa Iglesia, y alentó "el esfuerzo para favorecer la unidad, la comprensión y el perdón, que deben considerarse siempre tareas prioritarias para la edificación de la Iglesia de Dios".
"Rezo constantemente, entre otras cosas –concluyó–, por la paz en Oriente Medio, en particular por los cristianos que viven en la bienamada nación iraquí, cuyos sufrimientos ofrezco todos los días al Señor durante el sacrificio eucarístico".