La Conferencia Episcopal Española (CEE) reivindicó que la Iglesia Católica ahorra a las administraciones públicas más de 3.000 millones de euros (3.372 en 2007) con los centros de enseñanza de su titularidad.
Según explicó el vicesecretario de Asuntos Económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal, durante la presentación de la nueva memoria justificativa de 2007, tal ahorro resulta de la diferencia entre el coste de una plaza en un centro público y el importe asignado al concierto por plaza.
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Además, señaló que son casi 1,3 millones de alumnos los que están escolarizados en centros católicos que, según dijo, "transmiten a los jóvenes los valores de humanidad y convivencia que se derivan del Evangelio".
Entre los datos que se aportan, destacan, en un cálculo estimado, las más de 46 millones de horas de dedicación de los sacerdotes y agentes de pastoral en las más de 22.000 parroquias distribuidas por toda España. Esta actividad se concreta en cinco millones de eucaristías al año o la formación de cerca de un millón de niños y jóvenes.
En el aspecto social, resaltó la existencia de cerca de 4.500 centros asistenciales de la Iglesia que atendieron a casi tres millones de personas durante el 2007. Según afirmó Giménez Barriocanal, "la labor asistencial y caritativa no puede existir sin la pastoral y litúrgica".
Asimismo, señaló que, en el ámbito cultural, la Iglesia realiza "una gran aportación" con el mantenimiento del 30 por ciento de los monumentos declarados como Bienes de Interés Cultural del país. También resaltó la importancia del Camino de Santiago, la Semana Santa y las fiestas y tradiciones populares.
Con todo, Giménez Barriocanal cifró en decenas de miles de millones lo que la Iglesia Católica ahorra con todas sus actividades que, como insistió, se derivan de la actividad pastoral y catequética.
Los recursos económicos distribuidos por la CEE durante el 2007, a través del Fondo Común Interdiocesano, ascendieron a 163,9 millones de euros, del que el 85 por ciento (138,6 millones) fue enviado a las distintas diócesis. El resto (25,3 millones) se incluye en aplicaciones generales, cuyo 63 por ciento (16 millones) va dirigido a pagar la Seguridad Social de sacerdotes y obispos.
Del fondo recibido por las diócesis, el 78 por ciento (107,3 millones) está destinado a la sustentación del clero. El resto se dedica a gastos generales, actividades pastorales y seminarios.
Este dinero no se reparten por igual en todas las diócesis, sino teniendo en cuenta las capacidades para captar fondos. Así, algunas reciben un ocho por ciento de su presupuesto -las más grandes-, mientras que otras llegan a percibir hasta el 50 por ciento.
En cualquier caso, el responsable de asuntos económicos dijo que, en costes de mercado, de las horas empleadas en la actividad pastoral, supondrían incrementar las necesidades de fondos en un 250 por ciento. Es decir, añadió Giménez Barriocanal, que la Iglesia realiza con un euro un trabajo que vale 2,5 euros.