El Arzobispo de Sydney, Cardenal George Pell, consideró que la población aborigen australiana no necesita asistencialismo sino de “un amor severo”, que promueva su desarrollo económico, cultural y de renovación social.
Según informó la agencia vaticana Fides, al comentar las nuevas políticas del Gobierno australiano hacia la comunidad aborigen, el Cardenal Pell señaló que es necesario “darle un espacio a la compasión”, pero hay que tener presente que la cuestión de la falta de integración de los aborígenes en la sociedad australiana no es sólo “un problema de dinero”.
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Tras visitar una comunidad aborigen a 350 kilómetros al sudeste de la ciudad de Darwin, el Cardenal Pell declaró que en la relación con las aborígenes, “las buenas intenciones no bastan, sino que es necesario instituciones que hablen con las personas”. Es necesario, añadió, buscar la responsabilización de las comunidades y la potenciación de su desarrollo haciendo que sean ellas mismas las protagonistas de su camino de promoción social. “Hay que romper con la cultura de la dependencia” hizo notar el Card. Pell afirmando que “no es difícil malgastar mucho dinero”.
Se calcula que en Australia hay unos 517 mil aborígenes, que representan el 2,5 por ciento de la población. El alcoholismo, las drogas y la desocupación son el principal problema de una población fundamentalmente extraurbana que vive en localidades remotas.