El Arzobispo de Guadalajara, Cardenal Juan Sandoval, aseguró que el sacerdocio es un privilegio y “un oficio de amor” que exige a quien lo ejerce hacer un examen de conciencia de su propio camino.
Al celebrar bodas de plata y de oro sacerdotales de varios presbíteros de su jurisdicción, el Cardenal Sandoval recordó que el sacerdocio “nació en el Cenáculo, cuando Cristo se reunió con sus elegidos, ahí el Señor celebró el Sacramento de su Sacrificio, en la víspera de su muerte. Ahí les dijo: ‘Hagan esto en memoria mía’”.
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El Purpurado pidió a los sacerdotes a manifestar su gratitud a Dios por haberles elegido, haciendo un examen del camino andado durante su ministerio; explicó que el sacerdocio “es un oficio de amor” pues el amor de Jesús hacia sus discípulos quedó manifestado al decirles: “Como el Padre me amó, así yo los he amado. Permanezcan en mí. Hemos sido elegidos por amor para hacernos partícipes del Misterio de Salvación. Jesús dijo a sus apóstoles: ‘ustedes no me han elegido, yo los elegí a ustedes’”.
“El sacerdocio es un privilegio. Hay que agradecer el amor de Dios. El que se esconde del amor de Dios, es él quien se aparta, no Dios. Por eso debemos agradecer el amor que cura de las caídas y de las heridas del pecado”, indicó.
También recordó que a través de la oración Cristo permanece con cada sacerdote y éstos no deben olvidar que el Espíritu Santo los consagró y los convirtió en ministros.