El Papa Benedicto XVI señaló que en un mundo marcado por concepciones relativistas y nihilistas de la vida, urgen educadores verdaderos que sepan unir autoridad y ejemplo.
El Santo Padre hizo estas reflexiones al recibir a los miembros de la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), reunidos del 25 al 29 de mayo, que están afrontando el tema: "La cuestión educativa: la tarea urgente de la educación".
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"En un tiempo en que el atractivo de concepciones relativistas y nihilistas de la vida es fuerte y la legitimidad misma de la educación se pone en duda, la primera contribución que podemos ofrecer es testimoniar nuestra confianza en la vida y en el ser humano, en su razón y en su capacidad de amar", indicó.
Benedicto XVI subrayó que "la dificultad de formar auténticos cristianos se traduce en la dificultad para crear hombre y mujeres responsables y maduros, donde la conciencia de la verdad y del bien y la adhesión libre a éstos constituyan el centro del proyecto educativo, capaz de formar un camino de crecimiento global programado. Por eso, junto a un proyecto adecuado que indique el fin de la educación a la luz del modelo que hay que seguir, son necesarios educadores expertos a los que las nuevas generaciones puedan mirar con confianza".
"Un educador verdadero pone en juego en primer lugar su persona y sabe cómo unir autoridad y ejemplo en la tarea de educar a los que le han confiado. Nosotros mismos somos conscientes de ello, puestos como guías en medio del pueblo de Dios, a los que el apóstol a su vez dirige la invitación a apacentar el rebaño de Dios, haciéndonos modelos del mismo", indicó.
Año sacerdotal
El Papa también se refirió a la inminente apertura del Año sacerdotal y recordó que el ministerio presbiteral es "un servicio a la Iglesia y al pueblo cristiano que requiere una espiritualidad profunda, nutrida por la oración y la intensa unión personal con el Señor para poderlo servir en los hermanos a través de la predicación, los sacramentos, una ordenada vida de comunidad y el servicio a los pobres. En todo el ministerio sacerdotal resalta la importancia del compromiso educativo para que crezcan personas libres y responsables y cristianos maduros y conscientes".
El Santo Padre recordó que "el espíritu cristiano da vitalidad renovada al sentido de solidaridad" del pueblo italiano en referencia al reciente terremoto en la región de los Abruzos y de su visita a las zonas afectadas, donde constató personalmente "el luto, el dolor y los desastres provocados por el terrible seísmo, pero también la fortaleza de ánimo de la población, junto al movimiento de solidaridad que se puso en marcha inmediatamente en toda Italia".
Asimismo, mencionó el tema de la crisis económica, que "se ha abatido con dureza en todo el globo", constatando que "a pesar de las medidas tomadas en diversos ámbitos, sus efectos sociales persisten y afectan gravemente, de forma particular, a los sectores más débiles de la población y a las familias".
Benedicto XVI recordó que el próximo domingo la colecta de la Santa Misa se destinará al "Préstamo de la esperanza", un programa de ayuda de la CEI para las familias afectadas por la crisis, que definió "un testimonio elocuente de la división de los pesos unos con otros" y un anuncio elocuente de "la conversión interior engendrada por el Evangelio, una manifestación conmovedora de la comunión eclesial".