El Arzobispo de Bologna, Cardenal Carlo Cafarra, señaló hoy que "no se puede construir una ética pública si se niega que exista una verdad sobre el bien universalmente válida", en el marco del congreso "La crisis de la ética en Occidente" que se realiza en Roma, auspiciado por el Centro de orientación política Gaetano Rebecchini.
En su conferencia, el Purpurado explicó que "la crisis, en el sentido mencionado, tiene que ver con el concepto de razón, de libertad y por ello de la relación entre verdad y libertad. A fin de cuentas, tiene que ver con la visión del hombre: es un conflicto de antropologías. Tiene que ver con la razón. Más precisamente la razón práctica que actualmente está limitada a ejercitarse solo como 'sierva de los intereses del individuo', de los deseos del individuo".
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Seguidamente el Cardenal señaló que actualmente "se destaca el primado absoluto de la libertad", pero no en su verdadero sentido de opción por el bien; sino como "un plus que encuentra en sí misma y por sí misma su sentido. Se niega entonces que pueda existir un bien en sí misma o por sí misma a la que la persona está naturalmente inclinada u orientada". En el fondo, con esta manera de ver las cosas, la libertad se termina convirtiendo en "pura indiferencia y pura neutralidad", alerta.
Ante esta perspectiva, precisó el Arzobispo, "un discurso de ética que quiera establecerse como universalmente válido resulta entonces opuesto a la afirmación de la libertad".
Tras subrayar luego que la raíz del mal moral aparece porque en la sociedad hodierna "la libertad niega con su elección cuanto la razón afirma con su juicio", el Purpurado indicó que "la raíz de la disgregación social a la que asistimos es una especie de censura frente a toda instancia que tenga viva la 'sensibilidad a la verdad'. Pensemos entonces en le trato que recibe el magisterio moral de la Iglesia".
Seguidamente el Cardenal resaltó que, entonces "el proyecto de construir un ordenamiento jurídico, y por tanto un ethos público, sin verdad, coloca sobre las espaldas de la ley un peso que no es capaz de llevar. Es el peso de crear una comunidad humana, de producir una identidad".
Luego de recordar que con estas maneras de proceder en las legislaciones se afirma que "el estado y la ley no deben prohibir cuanto el individuo prefiere" y que "con eso la cohesión social es minada desde su mismo origen", el Arzobispo de Bologna aseguró que "el no querer llenar la laguna ética, censurando el asunto de la verdad en nombre de una supuesta tolerancia, está llevando a la disgregación de nuestras sociedades occidentales".
"El haber sustituido la razón práctica con la razón comunicativa ha encaminado todo el discurso ética público hacia un camino que no tiene salida", advirtió.
En conclusión, dijo el Cardenal Cafarra en su ponencia dada a conocer por L'Osservatore Romano, "no se puede construir una ética pública si se niega que exista una verdad sobre el bien universalmente válida. Y esta negación que se sostiene hoy en día, lo que lleva a la sociedad humana a una laceración que no es sostenible".