Al finalizar la Eucaristía que presidió en la Plaza Miranda, que desde hoy lleva el nombre del Pontífice, el Papa Benedicto XVI dirigió el rezo del Regina Coeli. Antes de la oración resaltó que “es fundamental cultivar una auténtica vida de oración para asegurar el progreso social de la paz” que es siempre “un don de Dios”.
En sus palabras iniciales antes de la oración mariana, el Papa exclamó: “¡Cuánta necesidad tiene la comunidad cristiana y la humanidad entera de saborear plenamente la riqueza y la potencia de la paz de Cristo! San Benito ha sido de ella un gran testimonio porque la ha acogido en su existencia y la ha hecho fructificar en obras de auténtica renovación cultural y espiritual”.
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Tras recordar luego su reciente viaje a Tierra Santa en donde “me hice peregrino de paz” y ahora en la tierra de San Benito “se me es dada la ocasión para subrayar, una vez más, que la paz es en primer lugar un don de Dios, y por lo tanto su fuerza está en la oración”, Benedicto XVI resaltó que este don “ha sido confiado al esfuerzo humano. También la energía para vivirlo se puede obtener de la oración” por lo que “es fundamental cultivar una auténtica vida de oración para asegurar el progreso social de la paz”.
“Sólo aprendiendo, con la gracia de Cristo, a combatir y vencer el mal dentro de uno y en las relaciones con los otros, se llega a ser constructores de paz y de progreso civil. La Virgen María, Reina de la Paz, ayude a todos los cristianos, en las diversas vocaciones y situaciones de vida, a ser testimonio de la paz, que Cristo nos ha donado y nos ha dejado como esforzada misión que debemos realizar en todo lugar”.
Finalmente y antes de iniciar la oración, el Santo Padre recordó que “en este domingo, en el que se celebra la Jornada de las Comunicaciones Sociales, con fe invocamos a María Auxiliadora con la oración del Regina Coeli”.