El Patriarca Latino de Jerusalén, Mons. Fouad Twal, y el Custio de Tierra Santa, Padre Pierbattista Pizzaballa, coincidieron en señalar que tras su Viaje Apostólico a Tierra Santa, "Benedicto XVI ha dejado semillas de esperanza en estos lugares en donde todo recuerda al Evangelio. Ahora nos toca a nosotros, pastores de una pequeña grey, hacer que se obtengan los frutos de la paz, la reconciliación y la unidad".
En una entrevista conjunta concedida a L'Osservatore Romano, el Patriarca comentó que el Santo Padre "nos ha dado sobre todo convicción y coraje". "No esperamos milagros, pero si tenemos que rezar, y darle al Señor tiempo para recoger cuando se ha sembrado", añadió.
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El Arzobispo destacó también que Benedicto XVI "nos ha pedido (a los cristianos) permanecer aquí, resistir pese a la complejidad de la situación porque estos santos lugares son también los lugares de la cruz. Se trata de un desafío que es aceptado también en condiciones dramáticas".
Por su parte el Custodio de Tierra Santa, el sacerdote franciscano Pierbattista Pizzaballa, comentó que el Papa "nos ha dado fuerza a los cristianos de Tierra Santa. Además, en este contexto interreligioso, ha sabido hablar con claridad a los musulmanes y a los judíos".
Seguidamente el sacerdote explicó que "ahora es necesario preparar la paz, que debe estar basada en la integridad, en la dignidad de las personas, en las relaciones con libertad, basadas en la confianza mutua. Se necesita mucho tiempo, pero los signos y gestos que se dieron durante la visita del Papa indican la meta y, en particular, muestran que es posible alcanzarla. No se trata de sueños utópicos, sino de una cosa que si se desea verdaderamente, puede llegar a ser realidad".
Al comentar luego como el Santo Padre recordó en algunos momentos el testimonio de San Francisco de Asís, el Custodio señaló que "este reconocimiento además de gustarnos nos estimula a seguir cumpliendo nuestro deber con pasión y amor. Sobre todo seguiremos ayudando a las personas a quedarse en estos lugares, apoyándolos con viviendas y trabajo, las dos cosas esenciales de nuestra presencia plurisecular en Tierra Santa".