En el viaje de regreso de Tierra Santa a Roma, el Papa Benedicto XVI destacó con los periodistas tres aspectos importantes de su estadía en Jordania e Israel: la disposición para el diálogo interreligioso y el diálogo ecuménico; así como los anhelos de paz de toda la población de la región para superar el conflicto actual.
Luego de agradecer a los periodistas por su labor, el Santo Padre señaló que "en el discurso del aeropuerto ya hice un breve resumen del viaje, no quisiera añadir mucho más. Podría citar tantos detalles: la bajada conmovedora al punto más profundo de la tierra, al Jordán, que para nosotros es también un símbolo del descenso de Cristo a las zonas más profundas de la existencia humana".
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"El Cenáculo, donde el Señor nos dio la Eucaristía, el lugar de Pentecostés, la bajada del Espíritu Santo; después el Santo Sepulcro, y tantas otras impresiones, pero no creo que ahora sea el momento de hablar mucho más de ello".
Seguidamente Benedicto XVI comentó que sobre el viaje "tengo tres impresiones fundamentales: la primera es que he encontrado siempre, en todos los ambientes, musulmanes, cristianos, judíos, una decidida disponibilidad al diálogo interreligioso, al encuentro, a la colaboración entre las religiones".
"Y es importante que todos lo consideren, no solo como una acción, por decir así, inspirada en motivos políticos de una determinada situación, sino como fruto del mismo núcleo de fe, porque creer en un sólo Dios que nos ha creado, Padre de todos nosotros, creer en este Dios que ha creado a la humanidad como a una familia, creer que Dios es amor y quiere que el amor sea la fuerza dominante en el mundo, implica este encuentro, esta necesidad de encontrarse, de dialogar, de colaborar, como una exigencia de la misma fe".
En segundo lugar recordó que "he encontrado también un clima ecuménico muy alentador. Hemos tenido muchos encuentros con el mundo ortodoxo con gran cordialidad; también he podido hablar con un representante de la Iglesia anglicana, y dos representantes luteranos, y se ve que precisamente este clima de Tierra Santa alienta también el ecumenismo".
En cuanto al tercer aspecto, el Santo Padre señaló que "hay grandísimas dificultades, lo sabemos, lo hemos visto y escuchado. Pero también he visto un profundo deseo de paz por parte de todos. Las dificultades son más visibles y no debemos esconderlas: existen y deben ser aclaradas. Pero no es tan visible el deseo común de paz, de fraternidad, y me parece que tenemos que hablar también de esto, animar a todos en esta voluntad para encontrar las soluciones ciertamente no fáciles a estas dificultades".
"He venido como peregrino de paz. La peregrinación es un elemento esencial de muchas religiones; también del islam, de la religión judía y del cristianismo. También es la imagen de nuestra existencia, que es un caminar hacia adelante, hacia Dios, y de este modo hacia la comunión de la humanidad".
Finalmente el Papa aseguró que "he venido como peregrino y espero que muchos sigan estas huellas y de este modo alienten la unidad de los pueblos de esta Tierra Santa y se conviertan a su vez en mensajeros de paz. ¡Gracias!".