En su encuentro con representantes de organizaciones para el diálogo interreligioso, el Papa Benedicto XVI resaltó hoy que la fe "no solo enriquece la cultura sino que la da forma: la vida con fidelidad religiosa se hace eco de la presencia de Dios que irrumpe en el mundo y forma una cultura" fundada en "principios y acciones que surgen de la fe".
En el Auditorio del Notre Dame Center en Jerusalén, el Santo Padre explicó que la fe "siempre es vivida dentro de una cultura" y que es necesario reflexionar en cuanto al rol de la fe en un mundo globalizado y marcado por una "vasta cultura virtual".
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"Si bien las diferencias que exploramos en el diálogo interreligioso pueden a veces aparecer como barreras, ellas no deben sobrepasar el sentido común de asombro y respeto por lo universal, por lo absoluto y la verdad, que hacen que las personas religiosas se relacionen unas con otras en primer lugar", dijo luego el Papa.
Seguidamente el Pontífice resaltó que "la fe religiosa presupone la verdad. El que cree es aquel que busca la verdad y la vive. Aunque el medio por que el entendemos el descubrimiento de la verdad y su comunicación difiere de religión a religión, no debemos detenernos en nuestros esfuerzos por dar testimonio del poder de la verdad".
"Juntos podemos proclamar que Dios existe y que puede ser conocido, que la tierra es su creación, que somos sus criaturas y que llama a todo hombre y mujer a un modo de vida que respeta su designio para el mundo".
"Si creemos –prosiguió– que tenemos un criterio de juicio y discernimiento que es divino en su origen y que está pensado para toda la humanidad, entonces no podemos cansarnos de llevar este conocimiento para testimoniarlo en la vida cívica. La verdad debe ser ofrecida a todos, sirve a todos los miembros de la sociedad. Derrama su luz en los fundamentos de la moralidad y la ética, y le da a la razón la fortaleza para ir más allá de sus limitaciones de manera que pueda expresar nuestras más profundas y comunes aspiraciones".
Benedicto XVI precisó también que "lejos de amenazar la tolerancia de las diferencias o la pluralidad cultural, la verdad hace posible el consenso y mantiene racional, honesto y confiable el debate público; y abre un camino hacia la paz. Alentando la voluntad de ser obedientes a la verdad se abre nuestro concepto de la razón y la esfera de su aplicación, y hace posible el diálogo genuino de las culturas y religiones tan urgentemente necesario hoy".
Tras reiterar que las diferencias religiosas no son motivo de enfrentamiento sino una razón más para "vivir juntos en profundo respeto, estima y aprecio , alentándonos en los caminos hacia Dios", Benedicto XVI concluyó instando a que estas organizaciones de diálogo interreligioso "sigan adelante con valor, respetando todo lo que nos diferencia y promoviendo todo lo que nos une como criaturas bendecidas con el deseo de llevar la esperanza a nuestras comunidades y al mundo. ¡Que Dios nos guíe en este camino!"