La directora de la sección África-Asia de la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), Marie-Ange Siebrecht, aseguró que hay gran expectativa ante la visita del Papa Benedicto XVI a Tierra Santa pero consideró que urgen grandes esfuerzos para aliviar la situación dramática de los cristianos en esta zona.
En una entrevista concedida a AIN tras un reciente viaje a Israel y los territorios palestinos, Siebrecht explicó que "como es natural, la llegada del Santa Padre depara una alegría a los cristianos, y prueba de ello son, por ejemplo, los numerosos carteles expuestos en las calles para anunciar su visita".
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La experta lamentó que en esta visita queden "excluidos los habitantes de Gaza y muchos en Belén, aunque, al menos, el Papa acudirá a esta ciudad. Sin embargo, muchos no obtendrán permiso para visitar las grandes Misas en Nazaret y Jerusalén".
Ante los comentarios de ciertos sectores que consideran que éste no es el "momento indicado" para una visita del Papa a Tierra Santa, Siebrecht explicó que "en esta región siempre hay algún problema. Yo sólo puedo informar de lo que he visto y oído, y sé que la gente, en general, ha depositado muchas esperanzas en esta visita. Tal vez incluso demasiadas, porque el Papa no podrá solucionar todos los problemas".
"El Papa sólo puede dar muestras de buena voluntad e intentar hablar con los responsables políticos y eclesiales. Pero sé por experiencia lo difícil que esto resulta en Israel. Además, su intención primordial es viajar como peregrino a Tierra Santa, y también decirle a la gente: ‘¡Estoy con vosotros!’. ¿Pero qué va a poder cambiar? Con su visita no logrará que tiren abajo aquel terrible muro, ni tampoco hacer desaparecer los problemas que hay entre el Vaticano y el Estado de Israel", indicó Siebrecht.
Según la experta, en Galilea la situación de los cristianos es mucho mejor que en Cisjordania. "No obstante, en Israel son considerados personas de segunda clase, es decir, que no disfrutan de la misma libertad que los demás israelíes. Por ejemplo, no pueden desplazarse como lo hacen otros ciudadanos israelíes".
"Pese a ello, en Galilea aún residen 73.000 cristianos greco-católicos, lo cual no es precisamente poco. Y las parroquias están llenas de vida, porque la gente contribuye activamente a su mantenimiento. Esta circunstancia me ha llamado muy gratamente la atención, porque ahí la gente no se limita a pedir. Sin duda, esperan que Ayuda a la Iglesia Necesitada les apoye, pero los creyentes también están dispuestos a poner algo de su parte, a fin de que esta ayuda fructifique. Y también cabe mencionar que esta contribución no es en absoluto menor", indicó.
Siebrecht lamentó la situación de Belén "donde he vivido en persona los mayores problemas. A causa del muro, la gente vive como en una cárcel: no pueden entrar ni salir. Se sienten como prisioneros, ¡y realmente lo son! Esta difícil situación se manifiesta especialmente entre las jóvenes parejas cristianas".