En su mensaje final dado a conocer hoy, tras concluir su 97º Asamblea Plenaria, la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) reiteró que "la Iglesia, discípula del Evangelio de la Vida, se opone a toda intervención que busque la eliminación de la vida en gestación" cuando en el país se debate sobre el mal llamado aborto "terapéutico" de cara a las próximas elecciones presidenciales.
En el texto titulado "Para que tengan Vida en Cristo", los prelados señalan que "uno de nuestros principios y convicciones es el valor sagrado de la vida humana desde su fecundación hasta su muerte natural. Nada ni nadie puede usurpar la vocación que el Dios creador y redentor dio a cada vida humana: llegar a participar de su amor, su felicidad y su paz".
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Por esa razón los obispos expresan su preocupación porque "en el contexto de las elecciones sea planteado un tema de tanta gravedad como el falsamente llamado 'aborto terapéutico'".
Tras resaltar luego el "testimonio concreto de creyentes e instituciones de Iglesia que acompañan en su drama a mujeres que han sido inducidas a esta práctica deshumanizante", los obispos de la CECh precisan que "no queremos que esta doble injusticia, contra el ser humano en gestación y contra la mujer herida en su conciencia y en sus sentimientos, se verifique en nuestra legislación".
"Tratándose de la defensa de la vida –precisan– el ideal democrático es solamente tal cuando reconoce y tutela la dignidad de toda persona humana. Un cristiano debe ser un artesano y testigo de la cultura de la vida y está llamado a defender y privilegiar siempre la vida sin exclusión".
Crisis económica y bicentenario
De otro lado los obispos se refirieron a la crisis económica que afecta al país e invitaron a "nuestras comunidades a actuar solidariamente, y a los chilenos todos a cuidar responsablemente las fuentes de trabajo".
Asimismo instaron a "los docentes de nuestras Universidades y centros de estudios a estudiar en profundidad la actual crisis y a buscar propuestas para una economía que respeten las nociones de equidad, justicia y bien común, y abra camino a los pobres para que vivan conforme a su dignidad humana".
Tras recordar que falta poco tiempo para celebrar el Bicentenario de la Independencia nacional, los obispos resaltaron que "nuestra patria no puede renunciar a los grandes valores sobre los cuales se ha construido: la centralidad de la familia, fundada en el matrimonio; la dignidad de toda vida humana; la solidaridad con los pobres; el derecho y deber de los padres de educar a sus hijos; la libertad religiosa, y otros valores que la Iglesia declara irrenunciables".
Finalmente los prelados también animaron a los cristianos en participan en la política para que ofrezcan "el testimonio de su fe, sabiendo que los principios evangélicos que profesan serán siempre los que sostengan las decisiones que ellos tomen".