Tras la celebración eucarística en la que el Papa Benedicto XVI elevó a los altares a 5 nuevos santos, miles de fieles y peregrinos, muchos de los cuales habían participado en la misa, se reunieron en la Plaza de San Pedro para rezar el Regina Coeli, instancia en la cual el Pontífice invitó a ser valientes testigos de Cristo en la vida cotidiana.
El Santo Padre manifestò su agradecimiento, por su participación, a la “delegación del Gobierno Italiano y otras autoridades civiles, particolarmente alcaldes y prefectos de las ciudades de los cuatro conciudadanos elevados hoy al honor de los altares… Con gran afecto agradezco a los numerosos peregrinos provenientes de muchas partes de Italia”.
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“Que esta peregrinación, vivida bajo el signo de la santidad y valorado por la gracia del Año Paulino, ayude a que cada uno corra con más alegría y decisión hacia la meta final, hacia el ‘premio que Dios nos llama a recibir en los cielos en Cristo Jesús’”, agregó el Pontífice.
Mencionó también la “Jornada de la Universidad Católica del Sacro Cuore, que se celebra hoy. A 50 años de la muerte del fundador, Padre Agostino Gemelli, deseo que la Universidad Católica sea siempre fiel a sus principios inspiradores, para continuar ofreciendo una válida formación a las jóvenes generaciones”.
Más adelante, en portugués, el Papa saludó a la “Delegación oficial del Portugal y a los Obispos llegados para la canonización de Frai Nuno de Santa Maria” y, en inglés, “a los peregrinos que han venido a Roma para estar presentes en la canonización de los nuevos santos. Por su intercesión, que todo ustedes sean colmados por la alegría del Señor Resucitado, y le sean valientes testigos en la vida cotidiana”.
También saludó a los “fieles de lengua española presentes en esta celebración. Que Cristo, Buen Pastor, afiance en nosotros la alegría por haber recobrado, a través de su Resurrección, nuestra adopción filial y nos llene de esperanza en nuestro caminar hacia la Vida Eterna. Confiamos esta intención a la protección maternal de la Santísima Virgen María y a la intercesión de los cinco nuevos santos”. Hizo lo propio en francés, alemán y polaco.
Seguidamente rezó el Regina Coeli e impartió su Bendición Apostólica a todos los presentes.