La agencia católica argentina AICA informó que hace unas semanas se dio inicio en la sede del Obispado de Jujuy, a la causa de beatificación del Padre Tarcisio Rubín, sacerdote italiano scalabriniano y misionero que desarrolló gran parte de su labor en esa provincia, donde falleció en 1983.
Según AICA es la primera vez que la diócesis de Jujuy lleva adelante una causa de beatificación.
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El Padre Tarcisio Rubín nació el 6 de mayo de 1929 en Loreggia, Italia, era el menor de diez hermanos, hijos de sencillos y modestos campesinos de la provincia de Padua. Ingresó al seminario de la Congregación de los Misioneros de San Carlos (Scalabrinianos), emitiendo sus primeros votos el 4 de mayo de 1946. Fue ordenado sacerdote en Piacenza el 21 de marzo de 1953.
Los migrantes italianos más marginados de Suiza y Alemania experimentaron su originalidad apostólica y después de una experiencia de vida contemplativa en Palestina, optó por una opción radical de vida, decidió partir de misionero a la Argentina, donde llegó el 9 de abril de 1970.
Trabajó con los migrantes chilenos y bolivianos en los barrios más marginados de Mendoza, residiendo en la parroquia Cristo Obrero –hoy Madre de los Migrantes- en Dorrego, mientras promovía una obra de hermandad y espiritualidad sacerdotales con el clero mendocino.
Acompañando a los migrantes golondrinas siguió a los bolivianos en los trabajos temporarios en el norte argentino, donde organizó sus misiones "Éxodo" en los lotes de los ingenios en las zafras jujeñas, puso su residencia religiosa en la Comunidad de la parroquia del Santísimo Sacramento en Córdoba, y como base la parroquia de San Pedro de Jujuy.
Acompañando a los más pobres y alejados encontró la muerte en la capilla de Alto Calilegua, a 3.200 metros de altura el 3 de octubre de 1983.