El Arzobispo de Mérida, Mons. Baltazar Porras, señaló que la sentencia de cárcel contra jefes policiales acusados de participar en el golpe de abril de 2002, que derrocó brevemente a Hugo Chávez, "abre una nueva etapa en la cacería de brujas de la revolución" contra todos aquellos que piensen distinto al Gobierno.
En declaraciones a la prensa local, el Prelado indicó que "estamos sobre aviso de esta nueva inquisición que se pone en marcha para defenestrar y cortarle la cabeza a los políticos, empresarios, miembros del clero y otras instituciones que hayan manifestado opiniones contrarias al Gobierno, que quiere hacer de la mentira una verdad para imponer una sola voz y una sola voluntad".
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Asimismo, en referencia a las declaraciones del gobernador de Aragua, Rafael Isea, que pidió abrir procesos penales contra personeros de la Iglesia, señaló que "el régimen pretende, mediante el uso del poder judicial, involucrar a la Iglesia en una campaña mediática para amedrentar a la población y, como Pilatos, lavarse las manos sobre la responsabilidad que tuvo durante los acontecimientos de abril de 2002".