En un comunicado titulado "Reencuentro con Dios y con el Prójimo", la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) recuerda que la Semana Santa "es un tiempo extraordinario de renovación espiritual que nos invita a asumir con mayor convicción los valores de la vida cristiana que son fundamentales para construir la convivencia entre todos los habitantes de Venezuela" ante la crisis actual del país.
En el texto dado a conocer por Mons. Jesús González de Zárate, Obispo Auxiliar de Caracas y Secretario General de la CEV, los obispos expresan su preocupación por cómo se "ha apoderado la violencia y la inseguridad de todo el territorio nacional, derramando la sangre inocente de nuestro pueblo. A pesar de las medidas adoptadas, el hampa, los secuestradores, los sicarios, los narcotraficantes y los contrabandistas siguen actuando impunemente".
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"Los indefensos pobladores de ciudades, campos y fronteras no saben a qué instancia acudir para conseguir protección eficaz. Tales atropellos son graves ofensas que claman al cielo y violan los derechos fundamentales de los ciudadanos", añade el comunicado.
Los prelados denuncian luego que "la promoción de un ambiente de aguda polarización política, la exclusión por causas ideológicas, la descalificación moral de los adversarios, la eliminación de una positiva descentralización y la creciente concentración de poder en el ejecutivo, deterioran el Estado de Derecho, despojan a las instancias nacionales, regionales y municipales de su legítima autonomía y ponen en grave riesgo de colapso el sistema democrático".
Tras exhortar a las autoridades a ejercer "sus graves responsabilidades con justicia, libertad de conciencia, honestidad y transparencia" sin "dejarse arrastrar por intereses particulares o de una parcialidad", los obispos instan a quienes ejercen el poder judicial a "asegurarle a los detenidos, procesados y sentenciados, en cada fase del proceso, todas las garantías contempladas en la Constitución Nacional, particularmente los derechos al debido proceso, a la defensa ante sus jueces naturales y a un juicio imparcial".
Seguidamente los prelados de la CEV animan a los católicos a participar masivamente en las "celebraciones de la Semana Mayor" ya que "este tiempo es una oportunidad única para sacudir la apatía y la indiferencia, para renovar la fe, para colocar a Dios por encima de todo, y ponerse al servicio del prójimo, especialmente de los más pobres".
Finalmente los obispos manifiestan su "cercanía y oración a los secuestrados, a los detenidos, a los procesados y a los condenados, así como a sus familiares y amigos" y hacen votos para que "el Señor Jesús (…) nos atraiga a todos desde lo alto de su cruz, nos enseñe a perdonar de corazón, a volvernos personas misericordiosas y tolerantes y a reencontrar los caminos de la unión que hemos perdido".