En una entrevista concedida a la revista Palabra Nueva, Mons. Dionisio García Ibáñez, nuevo Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COOC) pidió a los cubanos no temer al cambio y aseguró que la voluntad de la Iglesia de "servir y estar aquí junto al pueblo" se mantendrá invariable.
Mons. García, quien también es Arzobispo de Santiago, conversó con el periodista Orlando Márquez sobre los desafíos que enfrenta la Iglesia Católica en el país y sus expectativas de cambio frente al gobierno de Raúl Castro.
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"El primer cambio es que estamos hablando de la palabra cambio, porque hace tres años no hablábamos de eso. Pero no hay que tenerle miedo a la palabra cambio, pues la vida misma es manifestación de cambio. Lo importante es que los cambios estén al servicio de la persona en nuestra sociedad", precisó.
Según el Arzobispo "esa es la razón de las expectativas y el deseo de que se realicen los cambios necesarios para solucionar muchas de las dificultades que vivimos, y al mismo tiempo saber mantener lo que debe mantenerse para el bienestar de nuestro pueblo".
"Cada católico, cada cristiano, cada bautizado, quienes son Iglesia, también tienen las mismas expectativas que tiene todo el pueblo", agregó.
Asimismo, precisó que "la Iglesia ha manifestado de modo constante su decisión de servir" desde hace 20 años cuando se celebró el Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC).
"Esa actitud es la misma que la Iglesia ha querido mantener en Cuba en estos últimos tiempos y es la que se va a mantener en los años que vienen. Años además, para los que se habla hoy de cambios necesarios, años en que se deben abrir nuevas perspectivas, y cada vez que se realizan cambios se genera incertidumbre y la Iglesia quiere acompañar este proceso", indicó.
Mons. García explicó que la Iglesia quiere ofrecer "una palabra de fe y esperanza desde el Evangelio, en la que la persona siempre va a estar presente, como sujeto principal que debe ser cuidado tanto por el Estado como por toda la sociedad. La Iglesia quiere seguir hablando en este sentido. Y no solo hablar, la Iglesia quiere estar cercana al hombre que sufre y al hombre que se alegra, al que está preso y al que está en la calle, al hombre enfermo y al sano; al cubano que está aquí y al que está afuera. Eso es lo que la Iglesia va a seguir haciendo en estos tiempos".
Sobre las señales de una posible mejoría en las relaciones entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, Mons. García señaló que "corresponde a los políticos decidir la manera en que se hace, de modo que sea la persona, en este caso los ciudadanos de ambos lados, los más beneficiados. Y todos ganamos cuando hay paz, cuando hay estabilidad, cuando hay justicia, solidaridad y respeto a la dignidad de las personas".