El Arzobispo de Sydney, Cardenal George Pell, aseguró que el SIDA "tiene una dimensión de crisis espiritual y esta crisis no se puede solucionar simplemente con un preservativo, es necesario involucrar el corazón, la disciplina personal y las decisiones" así como la promoción de la abstinencia sexual y la fidelidad matrimonial como armas eficaces contra esta enfermedad.
En entrevista concedida a ACI Prensa, el Purpurado que estuvo unos días en Lima, compartió así la perspectiva expresada por el Papa Benedicto XVI, manipulada y cercenada por la prensa secular cuando explicó que para luchar contra el SIDA es necesaria una humanización de la sexualidad y el servicio sacrificado a favor de quienes sufren esta enfermedad. Al respecto, el Cardenal Pell señaló que "cualquiera que siga la enseñanza cristiana" sobre el SIDA "será criticado".
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Por ejemplo, consideró, "déjeme mencionar un par de hechos. En Sudáfrica hay preservativos en todos lados y el SIDA sigue creciendo. Sin embargo en Uganda la situación es mejor porque siguen el esquema ABC. A por abstinencia para los no casados; B para ser fiel (be faithful) para los casados; y C (condones) para los drogadictos o las prostitutas. Esta es una doctrina del Gobierno, no de la Iglesia", que sin embargo promueve la abstinencia y la fidelidad matrimonial como armas eficaces contra esta terrible enfermedad.
Seguidamente el Arzobispo explicó que en "Asia, en Tailandia, que no es un país católico, los preservativos están en todos lados, pero el SIDA está más presente que en las Filipinas, en donde la enseñanza católica predica la abstinencia".
A continuación, el Cardenal recordó que "una vez viajando de vuelta a Australia con un trabajador secular de África occidental, no era católico y tampoco tenía simpatía por nuestra fe, pero me dijo que 'este diálogo sobre los preservativos solucionando todos estos grandes problemas es ridículo porque en muchas partes aisladas de África, nadie puede obtenerlos, no pueden comprarlos y son preservativos de baja calidad, y con frecuencia no saben cómo usarlos adecuadamente. En ningún sentido usarlos es una medida efectiva'".
El Arzobispo de Sydney explicó también que "el SIDA tiene una dimensión de crisis espiritual y esta crisis no se puede solucionar simplemente con un preservativo, es necesario involucrar el corazón, la disciplina personal y las decisiones".
"Si las personas –precisó– siguieran las enseñanzas cristianas: fidelidad en el matrimonio, nada de actividad sexual fuera del mismo; no habría propagación del SIDA".