Al recibir esta mañana a los representantes de la comunidad musulmana en Camerún en la Nunciatura Apostólica en Yaundé, el Papa Benedicto XVI recordó que "una tarea particularmente urgente de la religión es poner de manifiesto el gran potencial de la razón humana, que es un don de Dios y es elevada mediante la revelación y la fe".
En su discurso, el Pontífice explicó que "creer en Dios, lejos de limitar nuestra capacidad de comprendernos a nosotros mismos y el mundo, la dilata".
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"Si nuestra mente finita nunca puede alcanzar directamente la gloria de Dios infinita en esta vida, sin embargo podemos percibir sus destellos en la belleza que nos rodea. Si los hombres y las mujeres permiten al orden magnífico del mundo y al esplendor de la dignidad humana iluminar sus mentes, pueden descubrir que lo que es 'razonable' supera los cálculos matemáticos, lo que la lógica puede deducir y los experimentos científicos pueden demostrar; lo 'razonable' incluye también la bondad y el atractivo innato de una vida honrada y según los principios éticos, que se nos manifiesta mediante el lenguaje de la creación".
Por ello, precisó, "esta visión nos lleva a buscar todo lo que es recto y justo, a salir del ámbito limitado de nuestro interés egoísta y a actuar por el bien de los demás. De este modo, una religión genuina extiende el horizonte de la comprensión humana y está en la base de toda cultura humana auténtica. Rechaza todas las formas de violencia y de totalitarismo: no solo sobre los principios de fe, sino también sobre la base de la recta razón. En realidad, religión y razón se sostienen mutuamente, desde el momento en que la religión es purificada y estructurada por la razón y la plena potencia de la razón es liberada mediante la revelación de la fe".
Finalmente el Papa alentó a "llenar la sociedad con los valores que emergen de esta perspectiva y elevan la cultura humana, y a invitar a otras personas a participar en la construcción de una civilización del amor. Que la cooperación entusiasta entre musulmanes, católicos y otros cristianos en Camerún sea para las otras naciones africanas un faro luminoso del potencial enorme de un compromiso religioso por la paz, la justicia y el bien común".