El Parlamento de Luxemburgo aprobó el martes por 30 votos a favor y 26 en contra la ley que despenaliza la eutanasia, luego de limitar los poderes del Gran Duque Enrique I, quien se negó a sancionar el entonces proyecto de ley por razones de conciencia.
Luxemburgo se convirtió así en el tercer país de la Unión Europa que aprueba la eutanasia para los enfermos terminales.
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La nueva norma establece que a partir de ahora "no se sancionará penalmente y no dará lugar a ninguna acción civil por daños e intereses el hecho de que un médico responda a una petición de eutanasia o asistencia al suicidio" de un mayor de edad o menor emancipado con un diagnóstico irreversible.
La medida fue debatida en el Parlamento luxemburgués en diciembre pasado, pero en aquella ocasión el Gran Duque anunció que no la sancionaría por lo que la mayoría anti-vida del Parlamento introdujo una modificación en la Constitución para limitar los poderes del soberano. Ahora, Enrique I no podrá sancionar las leyes para darle validez, sino que simplemente las promulgará.
Algunos medios de prensa sostuvieron entonces que el Gran Duque ha reproducido la crisis protagonizada en el año 1990 por su tío, el rey Balduino de Bélgica, quien se negó a firmar le legalización del aborto aprobada por las dos Cámaras legislativas belgas.
En la Unión Europea hasta ahora solo Holanda y Bélgica permiten la eutanasia bajo ciertas condiciones.