El Arzobispo de Sydney, Cardenal George Pell, animó a los cristianos a "redescubrir el coraje para afrontar" el creciente problema de la intolerancia religiosa y secular en Occidente, así como a "redescubrir su talento para demostrar que existen estilos de vida mejores para edificar una buena sociedad".
Así lo indicó el Purpurado australiano en una conferencia titulada "Tipos de intolerancia: religiosa y secular" que dictó en Londres ante la Oxford University Newman Society. Para el Cardenal, la libertad de la Iglesia Católica en el mundo occidental está bajo presión por la nueva y peligrosa tendencia del uso de "leyes antidiscriminación" y reivindicación de "derechos humanos" que atacan el rol de la religión en la vida pública así como los derechos individuales.
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Como ejemplo, el Arzobispo citó el caso de California, "en donde cristianos y mormones han apoyado la proposición 8 para vetar el 'matrimonio' del mismo sexo'". Ha relatado cómo iglesia y templos han sufrido vandalismo e intimidación y cómo muchos que apoyan esta enmienda han sido obligados a dejar sus trabajos y han sido agregados a "listas negras".
"La intimidación y la marginación que afectan a los cristianos pasan en silencio. En una democracia sana las personas deberían ser libres de discutir y criticar las convicciones de los otros. La reciprocidad es esencial, pero los laicistas parecen preferir caminos de una sola vía", dijo el Cardenal Pell, según indica L'Osservatore Romano.
Al referirse luego a la ley que promueve el Presidente Obama para liberalizar aún más el aborto en Estados Unidos y negarle a los médicos el derecho a la objeción de conciencia, el Purpurado dijo que esto podría "generar una guerra cultural". "Los creyentes no deberían ser tratados por los gobiernos como una minoría meramente tolerada y desestabilizante, cuyos derechos deben siempre estar en segundo lugar respecto a las instancias laicistas".
En opinión del Arzobispo, el efecto del aumento de la intolerancia es el de reforzar el conformismo y privar al Cristianismo de la fuerza de su testimonio público.