En una nota explicativa de la Carta del Santo Padre a los obispos de la Iglesia Católica sobre la remisión de la excomunión de los cuatro obispos consagrados por el arzobispo Lefebvre, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede , P. Federico Lombardi, escribe que se trata de "un documento poco habitual y digno de la máxima atención" porque "nunca antes durante su pontificado Benedicto XVI se había expresado de una forma tan personal e intensa sobre un argumento discutido".
"El Papa ha vivido el caso del gesto de remisión de la excomunión y de las reacciones que ha suscitado con evidente participación y sufrimiento" y se ha sentido "en la obligación de intervenir para "contribuir a la paz de la Iglesia" que ve turbada".
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"Con la lucidez y la humildad que le son propias reconoce los límites y los errores que han influido negativamente en el caso y con gran nobleza no descarga la responsabilidad sobre los demás, manifestándose solidario con sus colaboradores. Habla de información insuficiente a propósito del caso Williamson y de escasa claridad en la presentación del procedimiento de remisión de la excomunión y de su significado".
El caso Williamson, "afortunadamente ya superado, ofrece al Papa la ocasión de recordar con orgullo que compartir y promover todos los pasos" para la reconciliación con los judíos "a partir del Concilio fueron desde el principio un objetivo personal de su labor teológica".
El Papa, precisa el P. Lombardi, lo que desea ante todo es "aclarar la naturaleza, el significado, las intenciones del procedimiento de remisión de la excomunión y explica que si la excomunión era un castigo para las personas que habían llevado a cabo una acción que ponía en peligro la unidad de la Iglesia al no reconocer la autoridad del Papa, ahora, después de que esas personas la habían reconocido, la remisión es una cálida invitación a su regreso a la unidad".
"Benedicto XVI se siente interpelado profundamente en su responsabilidad de pastor de la Iglesia universal y cree que tiene que aclarar sin incertidumbre a sus hermanos en el episcopado las prioridades y el espíritu con que desempeña su servicio: Llevar a los seres humanos a Dios, Dios revelado en la Biblia y en Cristo; la unidad de los cristianos; el diálogo entre los creyentes en Dios al servicio de la paz; el testimonio de la caridad en la dimensión social de la vida cristiana".
"El Papa invita a sus interlocutores a una reflexión personal y eclesial comprometida: la paradoja de que de un gesto que quería ser de misericordia y reconciliación haya nacido una situación de tensiones agudas obliga a interrogarse para apurar qué actitud espiritual se ha manifestado en este caso".
Animado por "una vivísima preocupación por la unidad", Benedicto XVI "no pierde el realismo crítico porque recuerda los graves defectos de tantas expresiones de los tradicionalistas, pero reserva el mismo realismo crítico a los miembros de la Iglesia y de la sociedad que parecen oponerse con intransigencia a cualquier esfuerzo de reconciliación o incluso de mero reconocimiento de elementos positivos en el otro".
La carta termina "con una invitación apasionada al amor como prioridad absoluta para el cristiano y con un deseo profundo de paz para la comunidad de la Iglesia".
Para leer la carta completa del Papa Benedicto XVI, ingrese a: http://www.aciprensa.com/Docum/documento.php?id=222