La Conferencia Episcopal de la India ha publicado un detallado recuento de Mons. Raphael Cheenath, Arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar, sobre la crítica y difícil situación actual de persecución de la Iglesia Católica en la región de Kandhamal, en el estado de Orissa, en el que describe que los ataques anti-cristianos aún prosiguen.
Según indica L'Osservatore Romano, en el documento el Arzobispo explica que muchos sacerdotes, que ya han regresado a las parroquias rurales luego de que terminara la última gran ola de violencia en septiembre de 2008, "aún no tienen libertad de movimiento y la misma policía les recomienda avisar con anticipación para poder darles una escolta armada".
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El Prelado relata también que los grupos de extremistas hindúes siguen atacando a los cristianos, de modos humillante, quienes al haber dejado los campos de recolección, decidieron volver a sus lugares de origen.
Entre las humillaciones están, por ejemplo, "tener que pasar a pie cuando se crucen con un hindú que va en bicicleta, no ingresar a los baños públicos cuando estos sean usados por extremistas. En algunos lugares solo el intento de querer llegar a alguna iglesia es severamente castigado. A las mujeres se les impone vestidos humillantes mientras que no son raros los casos en los que hombres no regresan más a sus casas".
El aumento del número de cristianos desaparecidos, probablemente secuestrados, hace pensar en la posibilidad de un plan de eliminación programado por los extremistas y que se viene realizando lentamente.
Otro problema está en que las autoridades no deciden aún cuanto dinero debe dársele por compensación por los edificios cristianos destruidos por los hindúes. Las primeras cifras están muy por debajo del valor real de los mismos.
Al concluir su amplio recuento, Mons. Cheenath reafirma su fe en la Pascua de Resurrección, y citando a Tertuliano recuerda que "la sangre de los mártires es fermento de la cristiandad".