El Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas en Ginebra, Mons. Silvano Tomasi, hizo un llamado a la comunidad internacional para que desarrolle pronto políticas de asilo que favorezcan la solidaridad con los miles de refugiados que huyen en el mundo.
En una reunión del Comité del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Mons. Tomasi manifestó la "profunda preocupación" del Vaticano por las dificultades que atraviesan "los solicitantes de asilo para acceder a la protección" de esta condición.
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Tras reconocer que cada país tiene el derecho de definir su propia política de inmigración, el Arzobispo recordó que "las normas de protección internacional de los refugiados deben ser respetadas".
Mons. Tomasi recordó que durante el año 2008, unas mil 500 personas, muchas de las cuales huían de la persecución, "encontraron la muerte al intentar entrar en territorio europeo. Políticas nacionales e internacionales y disposiciones legales que necesitan, por lo tanto, tener una base sólida en materia de derechos humanos, y el derecho a la vida en el primer lugar".
"Si bien estas preocupaciones se plantean en lo que respecta a Europa, no debemos concluir que son exclusivas de esta región del mundo. Así pues, observamos tendencias similares en varios países desarrollados y en desarrollo del mundo", agregó.
Según el Arzobispo, "la comunidad internacional no debe abandonar su compromiso de recibir y proteger a aquellos que tratan de demostrar su huida de un temor fundado de persecución y encuentran bajo amenaza su propia vida. El creciente fenómeno de los menores no acompañados que solicitan asilo es una llamada de atención porque nos revela la desesperada situación de algunas familias".
"Corresponde a todo el mundo abordar las causas profundas del desplazamiento forzado: una generosa respuesta humanitaria tiene que ser acompañada por una política igualmente comprometida", indicó.