El Obispo de San Isidro (Argentina), Mons. Alcides Jorge Pedro Casaretto, en su homilía del primer Domingo de Cuaresma señaló la necesidad de la oración como espacio para entrar en uno mismo y profundizar en la identidad y misión propia, a ejemplo de Cristo que se retiró en el desierto.
Tras señalar que en el retiro al desierto "contemplamos a Jesús, siendo consciente de quién es y para qué vino al mundo", el Prelado afirmó que "el desierto puede ser el tiempo de oración que todos los días le concedemos a la vida".
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"Necesito este período de aislamiento, ese meterme adentro mío, porque ahí está hablando Dios. Necesito la gracia cotidiana, de buscar la voluntad de Dios", agregó.
Mons. Casaretto señaló además la necesidad de la oración recordando que "yo no vivo de casualidad, Dios ha querido que sea yo quien soy, Dios me ha querido dar una misión y Dios tiene una voluntad sobre mi vida. Esto hay que descubrirlo".
"La oración de un cristiano no puede ser la simple repetición de fórmulas sino, fundamentalmente, ese deseo profundo de estar unido a Dios, de experimentarlo como padre, de vivir como hijo. Y todo esto hay que masticarlo en nuestra interioridad", añadió.