Al finalizar la reunión anual del foro católico-musulmán realizado en Roma el 24 y 25 de febrero, los participantes de la misma emitieron una declaración final en la que alientan la construcción de una verdadera cultura de paz así como la promoción y defensa de la libertad de conciencia y religión.
En la declaración conjunta, se precisa primeramente que "cristianos y musulmanes consideran la paz como un don de Dios y, al mismo tiempo, el fruto de la conducta humana. Ninguna paz verdadera y duradera puede alcanzarse sin justicia e igualdad entre las personas y comunidades" por lo que los líderes religiosos, especialmente "cristianos y musulmanes, tienen el deber de promover una cultura de paz, en cada una de sus comunidades, especialmente en la enseñanza y la predicación".
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Tras explicar que esta cultura de paz debe "permear todos los aspectos de la vida: formación religiosa, educación, relaciones interpersonales y las artes en sus distintas formas", la declaración precisa que "la paz y los derechos humanos" están fuertemente ligados, por lo que se ha prestado "particular atención a la defensa de la dignidad de la vida humana y sus derechos, especialmente en lo que se refiere a la libertad de conciencia y religión".
Luego de resaltar el importante lugar de la juventud en esta cultura de paz a la que se apunta, los participantes del foro alientan a que se solucione los conflictos de Oriente Medio "a través del diálogo", usando "los recursos de la ley internacional para soluciones los problemas en el marco de la verdad y la justicia".
La delegación católica estuvo presidida por el Cardenal Jean-Louis Tauran, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, mientras que la musulmana lo estuvo por el Profesor Cheikh Ali Abd al-Baqi Shahata, Secretario General de la Academia para la Investigación Islámica de al-Azhar, en El Cairo, Egipto. La siguiente reunión de este comité conjunto se realizará en El Cairo el 23 y 24 de febrero de 2010.