El Obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Rubén Oscar Frassia, pidió no afirmar apresuradamente que los marginados viven así porque quieren, pues existen otras cosas detrás como mafias y presiones que los obligan a hacer cosas que no quieren; y exhortó a acercarse a ellos con fe y amor.
"Hay otras cosas que están detrás: mafias, presiones, que obligan a mucha gente a hacer cosas que no quieren hacer y sin embargo las hacen por esas presiones, o por la presión de las mafias. Y no hablemos de la droga, del sida y de tantas otras cosas más", señaló.
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En una reciente reflexión, el Obispo recordó que en la época de Jesús "el leproso era separado de la comunidad como castigo y a la vez para no contaminar a la comunidad; prácticamente era excomulgado, estaba fuera de la comunidad", y por tanto que Jesús le permitiera acercarse y lo toque, "eran cosas muy fuertes".
En ese sentido, señaló que en la actualidad "todavía hay mucha gente aislada", marginada y separada, como son "aquellos que no tienen acceso a la sociedad, a lo más común, salud, educación, vivienda, trabajo", o como "los ‘linyeras’ que están en la calle, los chicos de la calle, o podríamos decir también de la gente que vive cierta esclavitud, como la prostitución o los ‘sin techo’".
El Prelado pidió no hacer juicios apresurados y afirmar que estas personas viven así porque lo desean, pues no siempre es así. Muchos, advirtió, viven de esa manera porque "se fueron cortando relaciones, amarras, ligazones. Es un proceso. Así como hay un proceso de crecimiento hay uno de pauperización, de deterioro".
"Entonces, no podemos decir simplemente que si la gente vive así es porque así lo quiere o así lo ha decidido. Me parece que la conclusión es falsa", señaló.
Ante esta situación, explicó que el cristiano debe "seguir la actitud de Cristo", que "se conmueve, se acerca, los va a buscar y los toca".
Mons. Frassia exhortó a los fieles a acercarse a los marginados "con fe y con amor, a esta gente. Para reencontrarla, para ayudarla, ¡para tantas cosas!, porque muchas veces ellos han perdido la esperanza y nosotros, desde la Iglesia, tenemos que hacer más creíble a través del testimonio, y tenemos que hacer más cercano el mensaje de Jesús".