Los obispos de Europa del Este emitieron un comunicado con ocasión de los veinte años de la caída del Muro de Berlín en el que advirtieron que "las heridas causadas por el comunismo continúan muy presentes en la vida de los países que sufrieron detrás de la Cortina de Hierro".
Los obispos, encabezados por el Arzobispo de Zagreb y vicepresidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa, Cardenal Josip Bozanic, recordaron que el Muro de Berlín fue durante años símbolo "de división, fractura, alejamiento y egoísmo".
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En el texto se explicó que una de las cuestiones más preocupantes es "la permanencia de la estructura del comunismo" a través "de la legislación, el poder judicial, la economía, la educación y la cultura".
Esta actitud, indicaron, se ve "fácilmente reflejada en el silencio impuesto a los acontecimientos pertenecientes al pasado reciente".
En ese sentido, expresaron la necesidad de que la Iglesia "ayude a reconstruir la vida" de estos países. Señalaron que "la Iglesia Católica tiene que recomponer la memoria histórica durante los años del comunismo", luchando contra "la tendencia de callar en lo que realmente aconteció".
Con este fin, los obispos de Europa del Este anunciaron que promoverán congresos de carácter histórico para "iluminar la vida de la Iglesia y de los cristianos en el periodo comunista".